Lucio Cabañas Barrientos fue un mexicano nacido el 12 de diciembre del año 1938, en el municipio de Atoyac, perteneciente al estado de Guerrero, México. Nace, crece y se desarrolla en el seno de una familia campesina; años después se inmortalizaría como uno de los principales revolucionarios que ha engendrado este país.
Despacio, con un lento pero constante movimiento, la historia deja que la oscura sábana del recuerdo le resbale por el cuerpo para que muestre al fin la lúbrica desnudez por la nostalgia de aquel hombre que vivió para ser maestro y murió por ser guerrillero; entonces, la historia se tiende a lo largo de este texto con el deseo de mirar y ser mirada, es decir, tocar y ser tocada.
Corría la década de los años sesenta (60´s), cuando la sierra del suroeste mexicano, fue testigo de cómo un joven que respondía al nombre de Lucio Cabañas ingresó a la Normal Rural de Ayotzinapa (esa misma Institución a la que pertenecían nuestros #43 hermanos desaparecidos), estando ahí se convierte en Secretario General de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México, consagrándose como líder estudiantil en 1962. Obtiene el título de maestro rural e inicia su labor docente en Mezcaltepec, municipio de Atoyac, Guerrero. Ahí encabeza la protesta de los ejidatarios contra Silvicultora Industrial S. de R.L, que tala inmoderadamente los bosques sin dejar ningún beneficio a la comunidad; los madereros presionan al gobierno estatal y Cabañas es transferido a la escuela Modesto Alarcón de Atoyac, pero no se retira de la lucha agraria y funda la Delegación de la Central Campesina Independiente en esa región. Además, continúa asesorando y organizando la protesta campesina; trata de hacer comprender a la gente “que había maestros del pueblo que estamos dispuestos a orientar, no sólo en la educación, sino en su lucha como parte del pueblo; padres de familia, parte del pueblo contra todo el régimen, contra el gobierno, contra la clase rica”.
Hay un evento que lo cambia todo. El 18 de mayo de 1967 hubo una protesta en la escuela “Juan N. Álvarez”, del municipio de Atoyac, en contra de la directora y los maestros que la apoyaban, dicha manifestación era presidida por Lucio. Cuando Cabañas participa en el mitin, la policía judicial del estado de Guerrero trata de impedirlo. Los agentes se abren paso entre la concentración de manifestantes para detener o eliminar a Lucio, hay forcejeos y disparos hacia la multitud. El resultado es de 11 muertos. Lucio Cabañas sobrevive y logra escapar. Estando en la sierra fundó el Partido de los Pobres y la Brigada Campesina de Ajusticiamiento, ésta última congregación era un brazo armado, es decir, un grupo guerrillero. Es aquí donde podremos encontrar la pista más importante, el antes y el después de una rebeldía campesina.
El 30 de mayo de 1974, el grupo guerrillero de Lucio, secuestra a Rubén Figueroa Figueroa, candidato a gobernador de Guerrero por el Partido Revolucionario Institucional PRI. Durante varios meses, el ejército mexicano desata, sin éxito, una intensa campaña militar en busca del guerrillero; finalmente, el 8 de septiembre, Figueroa es liberado en un sangriento encuentro cuyo saldo es de 23 rebeldes muertos y un soldado herido. Pero los operativos antiguerrilla no cesan, por el contrario, se intensifican para dar muerte a Cabañas. El 2 de diciembre siguiente, el general Cuenca Díaz, secretario de la Defensa Nacional, es informado que varios grupos militares se enfrentaron con los rebeldes, resultando muertos el guerrillero Lucio Cabañas.
Para los guerrerenses nada significaban los conceptos más comunes de Marx, Lenin, Mao, Stalin, Ho Chi Minh o el Che Guevara. En los ideales de este pueblo místico, heredero por generaciones de costumbres y enseñanzas revolucionarias, únicamente había lugar para comprender las diferencias entre la clase rica y clase pobre, las injusticias que se derivaban de semejante división social y el papel redentor de un maestro rural que se convirtió en revolucionario.