Por: Cortesía

5 Misterios del ´Salvatori Mundi´, la obra más enigmática de Da Vinci

¿Será que ‘Salvator Mundi’, la pintura más cara de Leonardo da Vinci, haya sido una estrategia de marketing para publicitar el Louvre de Arabia Saudita?

“Y así, damas y caballeros, pasamos a la obra maestra de Leonardo da Vinci: Salvator Mundi“, exclama el agente en medio de los murmullos de multimillonarios y voceros de museos. La subasta se agendó para el 15 de noviembre de 2017. El evento fue organizado por Christie’s, la firma británica encargada de la venta de los grandes maestros europeos y otras piezas de culto. En menos de siete minutos, la pintura pasó de valer 45 millones de euros a 450 millones, con la compra final de un príncipe árabe.

La manera en la que se presentó el evento ante los medios de comunicación, sin embargo, fue casi una puesta en escena. La preocupación de los postores, el ánimo generalizado por subir, subir y subir la cifra hasta límites nunca antes vistos. Era la primera vez que una pintura de un maestro renacentista quebraba récords estratosféricos. Los videos parecen casi orquestados.

Ante la sospecha de su autoría, sin embargo, diversos críticos e historiadores del arte se posicionaron en contra de los arrebatos de euforia: ¿realmente ésa sería la última obra de Leonardo da Vinci? Esto es lo que se sabe.

450 millones de euros y el Louvre de Arabia Saudita

Fue Mohammad bin Salam quien compró la obra perdida. Por más de 200 años, según los registros de la casa de subastas, desapareció del mapa. Cuando se encontró, la pintura estaba muy venida a menos, casi irreconocible. Después de varios procesos de retoque y restauración, se presentó al público para ver quién ostentaría el honor de conseguirla. La cifra se cerró ese día $450,312,500 euros. Un año más tarde, en septiembre de 2018, pasó a ser un regalo para el Museo del Louvre de Abu Dhabi.

Después de la compra, diversos estudios serios se hicieron con respecto a la originalidad de Salvator Mundi. Datada del año 1500, aproximadamente, coincide con los años de producción maduros del maestro italiano. Sin embargo, hay detalles que han impuesto dudas severas sobre la pieza. El contexto, además, no ayudó mucho: poco tiempo después, se inauguró la sede saudí del Louvre, en la capital más ostentosa del mundo árabe.

Un proceso de restauración exhaustivo

“Este impresionante precio refleja la extrema rareza de las pinturas de Leonardo da Vinci: hay menos de 20 en existencia reconocidas como de la propia mano del artista, y todas, excepto Salvator Mundi, están en colecciones de museos”, sentencia Christie’s en un comunicado. A pesar de la certeza de la casa de subastas, otras instituciones culturales y museísticas no están seguras de su autenticidad.

Por el contrario, dudan ampliamente si Leonardo realmente diseñó la pintura, si fue un ensayo o si sencillamente la dejó sin terminar, para que alguno de sus aprendices practicara en el estudio. Más allá de estas especulaciones, otros escépticos denuncian un proceso de restauración tan preciso y exhaustivo, que raya en lo privativo.

Según la cobertura de Smithsonian Magazine, la pintura fue tan trabajada por la afamada restauradora Dianne Dwyer Modestini, que ya ni siquiera conserva los trazos originales del maestro renacentista. Por esta razón, ciertas instituciones y críticos se oponen a catalogar al Salvator Mundi como parte del acervo original de Da Vinci.

¿Cristo con una bola de cristal?

Además de ser un maestro del pincel, Leonardo da Vinci es reconocido por haber sido muy versado en la iconografía católica. A pesar de que él mismo profesaba una fe diferente —y consideraba que Juan Bautista, y no Jesús, era realmente el Mesías—, fue el pintor predilecto del mecenas Ludovico Sforza. Por esta razón, estudió ampliamente los motivos bíblicos cristianos.

Con esta premisa, otra de las críticas duras que se le ha hecho al Salvator Mundi comienza en el título. Da Vinci tenía claras, en su fuero interno, sus convicciones religiosas —y no consideraba que Jesús fuera el salvador real. Además, la obra fue nombrada de manera muy póstuma, con motivo de la subasta.

Más allá de esta cuestión, ha llamado la atención la ‘bola de cristal’ que Cristo carga en la mano izquierda en la pintura. Algunos críticos aseguran que es el mundo, y por eso se le asignó el título en latín. Sin embargo, otras obras de Da Vinci muestran su destreza para representar el planeta más allá de una pelota transparente, opaca y aparentemente bidimensional.

Falta de precisión en las representaciones ópticas

Leonardo pasó a la historia como un todólogo. Físico, naturalista, astrónomo e ingeniero automotriz de giro bélico. Según la BBC, la mayor parte de los historiadores que analizaron el caso de manera posterior concuerdan en que “lo más probable es que fuera producida por alguno de sus asistentes en el taller“. La clave está en los detalles.

Si fuera realmente una bola de cristal que representara el mundo, la tela detrás del cristal se vería refractada por la concavidad de la esfera. Como físico observante de la naturaleza de la luz, Leonardo da Vinci hubiera podido representar adecuadamente esta ‘distorsión’ de la capa de Cristo. No es el caso. Como se muestra en este detalle, apenas se aprecia la palma de la mano un poco más traslúcida y ligeramente más grande.

Sin embargo, así no se manifiesta el fenómeno en la naturaleza. Como maestro renacentista, el pintor hubiera tenido ese cuidado de presentar ‘la realidad tal cual es‘, con ese preciosismo minucioso de las proporciones y de la exactitud de las formas. Un aprendiz, por el contrario, más fácilmente pudo haber cometido estas faltas de óptica.

Sin pruebas concluyentes

Las fallas en la óptica, el proceso exhaustivo de restauración y la poca probabilidad de que exista otra obra inédita de Leonardo da Vinci han llevado a los historiadores del arte a polos opuestos. Algunos, protegiendo sus intereses laborales; otros más, en un ánimo genuino de análisis y crítica de arte serias.

Después de que la tinta corrió en miles de artículos y estudios que desmenuzan la pintura, hoy en día no contamos con evidencia concluyente para decir que el Salvator Mundi es una obra original de Da Vinci. Lo que es seguro es que el príncipe árabe se llevó fanfarrias por hacer la compra más cara en la historia del arte hasta el momento —y que, muy seguramente, lo hizo por una pintura falsa.

MUY INTERESANTE. 

 

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