El deshielo de los polos no solo afecta al planeta sino a muchas especies animales cuyo futuro se encuentra en estado crítico.
Evitar el deshielo de los polos de la Tierra, debido al cambio climático, es una de las misiones más grandes que tienen los científicos. Wake Smith, científico de la Universidad de Yale, tiene un plan ambicioso y extraño para hacerlo: rociar la atmósfera con dióxido de azufre. Este proyecto lleva por nombre inyección de aerosol estratosférico (SAI) y consiste en lo siguiente.
¿En qué consiste este ambicioso plan?
Los científicos al frente de este proyecto mencionan que el plan es que un grupo de aviones SAIL-43K vuele a gran altura para rociar partículas de aerosol microscópicas de dióxido de azufre en la atmósfera en latitudes de 60 grados norte y sur.
Una vez libres, estos aerosoles químicos se desplazarían lentamente hacia el polo, cubriendo ligeramente la superficie. Esto permitiría que los polos se vuelvan a congelar (unos dos grados por año) y aliviar en gran medida los problemas del derretimiento del hielo glacial y el aumento del nivel del mar.
Según Smith y sus colegas, las inyecciones de partículas de los chorros se realizarían estacionalmente en los largos días de la primavera local y principios del verano.
La técnica reduciría el cambio climático al desviar hacia el espacio una pequeña fracción de la radiación solar entrante, mencionan los científicos al momento de explicar su plan.
Un ligero inconveniente
No todo es perfecto en este plan. El gran problema es que al volar, los aviones liberarían sus propias emisiones, mismas que contribuyen también al calentamiento global.
Además, el aerosol tendría dióxido de azufre, un compuesto que puede causar náuseas, vómitos, dolor de estómago y daños en las vías respiratorias y los pulmones cuando se tiene exposición al mismo en niveles altos.
Otro detalle a destacar es que las micropartículas se extenderían a diversos países, lo cual afectaría a los cultivos y la población de estas áreas.
Como podemos ver, el proyecto se enfrentaría a importantes retos que tendrían que planearse bien, en caso de que se busque que la iniciativa sea en verdad provechosa.
“Aunque podría ser un cambio de juego en un mundo que se calienta rápidamente, las inyecciones de aerosoles estratosféricos simplemente tratan un síntoma del cambio climático, pero no la enfermedad subyacente. Es aspirina, no penicilina. No es un sustituto de la descarbonización”, concluye Smith.
El deshielo de los polos de la Tierra: una catastrófica realidad
La situación de deshielo de los glaciares que está sufriendo la Antártida, se ha catalogado como irreversible. Es indiscutible que el cambio climático y sus efectos están repercutiendo en estas zonas frágiles del planeta, donde las temperaturas están variando de manera trágica.
Muchas especies animales se encuentran en estado crítico debido a la situación que viven los polos. Ejemplo de ello son el oso polar, que habita en el polo norte y que se encuentra en la Lista Roja de las especies en peligro de extinción.
El pingüino Emperador y de Humbolt, que habitan en la Antártida, y el Pingüino de las Galápagos, también son especies seriamente amenazadas.
Otros animales que están perdiendo cada vez menos oportunidades de sobrevivir son el zorro ártico, y la morsa del pacífico, que habita exclusivamente en los mares del Ártico y que está en peligro por la exploración de gas y petróleo que contaminan los océanos de su hábitat.
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