La tasa de divorcio en el mundo es de 4.08 por cada 1,000 personas, de acuerdo con datos publicados en diciembre de 2018 en la revista Social Forces. Aunque el número da la impresión de ser pequeño, el impacto que tiene el divorcio en la vida de las personas es significativo, con posibles efectos financieros, laborales y emocionales.
Si bien el divorcio es una transición difícil para cualquier pareja, en los matrimonios con hijos la situación es compleja. Un proceso de separación saludable es determinante en estos casos para que los niños no tengan que lidiar a largo plazo con sentimientos destructivos como la culpa y el resentimiento.
La doctora D’Arcy Lyness explica a los padres en curso de divorcio los cuatro factores más importantes para prevenir daños irreparables en los niños durante una ruptura:
Hacer de los conflictos, las discusiones acaloradas y las conversaciones legales tema exclusivo de los adultos. Hacer lo posible para que las interrupciones o alteraciones en la rutina diaria de los niños sean mínimas durante la separación. Nunca dar acceso a los pequeños a la negatividad, remordimiento o rabia que mamá o papá están sintiendo; hay que hablar esto con amigos o dirigirse a un profesional. No privar a los niños de la compañía o contacto de la ex pareja (el hecho de que la relación haya finalizado no significa que nuestros hijos también deban divorciarse de su padre/madre). Antes de hablar con los niños, saca la basura
Uno de los peligros inminentes del divorcio es proyectar en los pequeños nuestra decepción o enfado. La doctora Lyness advierte lo peor que puede pasar para la salud mental de los pequeños:
Sentir que la separación de papá y mamá es su culpa Pensar que está en sus manos evitar que el divorcio se concrete
Ambas posibilidades igualan una responsabilidad insostenible para cualquier niño; por eso, antes de hablar con nuestros hijos, debemos asegurarnos de no estar en riesgo de contaminarlos con emociones o ideas perjudiciales.
Parte de tu proceso de sanación puede incluir:
- Asistir a terapia
- Buscar apoyo en familiares y amigos
- Pasar unos días fuera de casa (de ser posible)
- Practicar deporte
- Estar en contacto con la naturaleza
Además de la evidente conmoción sentimental, si el divorcio implica reestructurar tus finanzas personales o buscar/cambiar de empleo, es recomendable contemplar todas las opciones a tiempo para que la adaptación sea llevadera y los nuevos compromisos económicos no te tomen por sorpresa.
Por otro lado, no podemos olvidar los casos en los que la separación se debe a infidelidades o violencia intrafamiliar; el apoyo profesional cobra todavía más importancia y será necesario tener mucho cuidado con el manejo de la información frente a los niños para no cultivar en ellos el odio.
Si los pequeños han presenciado o han sido víctimas de violencia, es imperante que también reciban ayuda psicológica.
Explicando a los pequeños lo que ocurre
Cuando te sientas preparado, siéntate con los niños y explícales la decisión que han tomado sus papás de divorciarse. No existe un momento perfecto o método indoloro para comunicar algo así; necesitarás estar listo para todo tipo de reacciones (ira, miedo, angustia…) y saber cómo responder.
La edad, madurez y temperamento de los pequeños también influirá en las palabras a utilizar; los menores de 5 años entenderán mejor las cosas si te diriges a ellos en un lenguaje figurativo, usando ejemplos e historias. Eso sí, un punto vital es dejar saber a los niños que la separación no es su culpa.
Explica a tus hijos que, a veces, el amor entre los adultos cambia y vivir separados les hace más felices que vivir juntos, pero eso no quiere decir que papá y mamá vayan a alejarse para siempre.
Es muy importante que estés alerta a preguntas como:
- “¿Con quién viviré?”
- “¿Tendré que cambiar de escuela?”
- “¿Tendremos que mudarnos?”
- “¿Con quién pasaré la navidad?”
Estas son preocupaciones naturales para cualquier niño al enterarse de que sus padres se van a divorciar y no debes restarles importancia. De hecho, lo peor que puedes hacer es desestimar los sentimientos de tus hijos o mentirles a propósito para “no preocuparlos”.
Brinda apoyo de principio a fin
No siempre las parejas en proceso de divorcio deciden ir a terapia, pero la historia es distinta cuando hay niños pequeños de por medio. Algunos necesitarán alguien con quien hablar para asimilar los cambios en casa y tu tarea como padre será reconocer las señales de ansiedad o depresión que los pequeños probablemente experimenten.
No escatimes en herramientas de apoyo emocional. Pregunta a tus hijos cómo se sienten, qué los inquieta y busca actividades para ayudarlos a mantenerse enfocados en objetivos positivos.
El arte de saber vivir.