Cada 23 de agosto, la Iglesia Católica conmemora la vida y legado de Santa Rosa de Lima, una figura venerada en todo el mundo por su profunda devoción religiosa y su impacto en la sociedad.
Santa Rosa de Lima es la primera santa de América y es especialmente venerada en Perú, su país natal.
Rosa de Lima nació el 20 de abril de 1586 en Lima, Perú, y desde temprana edad mostró un profundo interés por la vida religiosa y la caridad.
Su devoción a Dios y su amor por los más necesitados la llevaron a llevar una vida de sacrificio y oración.
A pesar de la oposición de su familia, Rosa de Lima se dedicó a Dios y vivió una vida de austeridad y penitencia.
Uno de los aspectos más conocidos de la vida de Santa Rosa de Lima es su compromiso con la práctica de la mortificación, que incluía el uso de cilicios y cadenas.
Esta práctica era una expresión de su amor por Dios y su deseo de unirse espiritualmente a la pasión de Cristo.
Además de su vida de oración y penitencia, Rosa de Lima también brindó ayuda y cuidado a los enfermos y necesitados de su comunidad.
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