Aprovechar el día desde temprano pueda ayudar a los pacientes con depresión a superar los momentos más oscuros de su enfermedad.
Los días se convierten en un letargo. El tiempo pierde su ritmo, ¿pasaron un par de días, una semana o habrá sido ya un mes? Parece ser que los colores pierden su intensidad. A veces, la comida sabe toda igual. La severidad aumenta si no se sale de la cama: empezar un día nuevo no tiene sentido alguno. Más aún cuando salir es un impedimento de tipo pandémico. Así es la depresión: una sombra pesada y angustiante sin rostro. La clave para vencerla, sin embargo, podría estar en la higiene del sueño.
Respetar el cronotipo personal ayuda a combatir la depresión
Un estudio reciente llevado a cabo por la Universidad de Colorado, en Boulder, en colaboración con Harvard y otras instituciones académicas estadounidenses destaca que el cronotipo de las personas es determinante en el riesgo que tienen de sufrir depresión. Éste es la propensión de una persona para dormir mejor en ciertas partes del día, dividido en 24 horas.
Hay personas que naturalmente prefieren levantarse temprano, así como otras que son más productivas durante la tarde. Algunas más encuentran su punto máximo de actividad durante las noches. Así opera el cronotipo que, si se respeta adecuadamente, es definitivo para llevar una vida mental sana.
A partir de la pandemia, los horarios de sueño de las personas se adecuaron naturalmente a sus propias preferencias. Conforme se instaura la nueva normalidad, estos nuevos patrones se ven frustrados, ya que las personas deben de salir a trabajar nuevamente. Las implicaciones, según los investigadores, pueden ser severas si no se tratan puntualmente.
Vencer el abrazo de la cama
El estudio enfatiza que existe una relación íntima entre el tiempo y la calidad del sueño con el estado de ánimo de las personas. Si no se alcanza un descanso profundo, es poco probable que las personas puedan desempeñarse óptimamente a lo largo del día. Más aún si esta tendencia es repetida, de acuerdo con Celine Vetter, profesora asistente de fisiología integrativa en CU Boulder:
“¿Cuánto antes necesitamos cambiar a las personas para ver un beneficio?” dijo la autora principal. “Descubrimos desperque incluso una hora antes de dormir se asocia con un riesgo significativamente menor de depresión”.
Sin embargo, la investigación reveló que no todo es disciplina. Si bien es cierto que la higiene del sueño consciente es fundamental para evitar este tipo de trastornos mentales, es una realidad que nuestra preferencia de horarios está determinada genéticamente. Los investigadores descubrieron que el llamado “gen reloj” influye en el cronotipo de las personas.
Con una muestra de una base de datos de hasta 850 mil personas, los investigadores se percataron que quienes se levantan más temprano pueden aprovechar mejor el día. Además, son menos propensos a caer en depresión. “Pero para aquellos en el rango intermedio o en el rango de la noche”, destacan los autores, “probablemente sería útil acostarse una hora más temprano“.
¿Qué tiene que ver el horario de sueño?
La clave está en la luz del día. Investigaciones anteriores destacan el hecho de que la mayor exposición al sol desencadena reacciones hormonales positivas para el organismo. Tener un reloj biológico acorde al paso del sol, por tanto, propulsa que el cuerpo se sienta bien.
No sólo eso. A nivel social, está mejor percibido que las personas puedan ser productivas desde temprano. Iyas Daghlas, co-autor principal del estudio, detalló que el factor social es determinante también en estas dinámicas:
“Vivimos en una sociedad que está diseñada para la gente de la mañana, y la gente de la tarde a menudo se siente como si estuviera en un estado constante de desalineación con ese reloj social”, explicó.
Daghlas asegura que todavía faltan estudios más profundos con respecto al impacto de la luz del sol en el riesgo de sufrir depresión. Sin embargo, tiene la certeza de que su investigación es un paso adelante para determinar esta relación causal entre el sueño y la depresión.
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