Debajo de Tulum corren los dos ríos subterráneos más grandes del mundo, Sac Actun y Ox Bel Ha: se trata de un sistema de cuevas inundadas de agua cristalina, que dieron forma a cenotes con túneles angostos y enormes cámaras rodeadas de estalagmitas y estalactitas.
Para los mayas, los cenotes eran un portal hacia el inframundo, un sitio sagrado que servía de entrada hacia otro plano terrenal donde se revelaban los misterios del Xibalbá.
4 mil años después de los primeros indicios de su civilización, la arqueología confirma que los mayas tenían razón: los cenotes son una ventana única al pasado, sitios que gracias a las características químicas del agua dulce en su interior, la ausencia de luz y temperatura, funcionan como auténticos portales que ayudan a comprender cómo era la flora, fauna y los pobladores más antiguos de América de los que se tiene registro.
Con más de 60 metros de profundidad, las cuevas subterráneas de Sac Actun y Ox Bel Ha (con 307 y 235 kilómetros de longitud, respectivamente) son un territorio mayoritariamente inexplorado y sólo resultan accesibles para espeleobuzos expertos con equipo profesional.
Sin embargo, desde hace 20 años, el INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia) ha encabezado distintos proyectos para conocer los misterios que guarda el fondo de los cenotes.
NAIA Y LOS PRIMEROS POBLADORES DE TULUM
En 2007, el INAH realizó uno de los hallazgos arqueológicos más increíbles del continente americano: el cráneo, los dientes y buena parte del esqueleto de una adolescente fue encontrado a 30 metros de profundidad en una red de cenotes conocida como Hoyo Negro.
Naia (como fue llamada) es el esqueleto mejor conservado y uno de los más antiguos de América. Medía 1.50 metros y pesaba cerca de 50 kilos y tenía entre 15 y 17 años cuando entró a la caverna de Hoyo Negro, que hoy es un cenote.
Es probable que lo hiciera escapando, en busca de comida o de agua, pues las condiciones de hace 13 mil años no eran nada fáciles:
“Las condiciones de vida eran muy amenazantes. Acechaban depredadores gigantes como el león americano, el tigre dientes de sable y el oso cara corta; a su vez las condiciones de salud eran más que precarias, los análisis de antropología física revelan infecciones, fracturas y enfermedades bucales, sin mencionar que el parto representaba un factor de alto riesgo para las mujeres”, afirmó Carmen Rojas, investigadora del Centro INAH Quintana Roo, en la conferencia «Los Primeros pobladores de Tulum».
Naia y su familia eran un grupo nómada y debían recorrer largas distancias para encontrar alimento y refugio. La teoría más aceptada es que después de entrar con antorcha en mano, Naia resbaló y cayó por accidente al fondo de la cueva, lo que le costó la vida.
LA ‘BANDA DE TULUM’: EL MISTERIOSO ORIGEN DE LOS PRIMEROS POBLADORES DE LA PENÍNSULA
Gracias a los análisis de antropología física, se pudo confirmar que Naia fue madre en algún momento de su vida y que perteneció a un grupo que migró hace 13 mil años y se estableció en Tulum.
Así como Naia, los accidentes eran comunes en las cuevas de la península de Yucatán. Otros esqueletos como Ixchel, una mujer de 30 años que murió por fracturas en el cráneo o el Abuelito de Muknal, un hombre de entre 45 y 50 años y uno de los esqueletos más antiguos que se han encontrado, dan cuenta de cómo vivieron nuestros ancestros.
Los distintos restos óseos encontrados en la red subterránea de Tulum demuestran diferencias morfológicas entre sí, una pista que apunta a un origen diverso, que en la mayoría de los casos conecta con asiáticos que confirman el poblamiento de América a partir de la migración desde el estrecho de Bering, mientras que en otros tienen características similares a las de hombres prehistóricos europeos.
Entre los descubrimientos que se han realizado en estos cenotes, también está una nueva especie de perezosos gigantes, jaguares hoy extintos y tigres dientes de sable, todo miles de años antes de que los mayas dominaran el paraíso que actualmente es Tulum.
Muy Interesante.