A partir de hoy y por los próximos tres meses, el Museo Nacional de Las Culturas del Mundo presentará Gertrude Duby: una suiza para Chiapas, una exposición en la que se conocerán las facetas de esta activista durante su estancia con los lacandones, y a la que el embajador de Suiza en la nación azteca califica como uno de los lazos más importantes entre ambos Estados
Cerca de los Alpes suizos, una niña de nombre Gertrude Duby desarrolló su infancia, detectando con los años un interés en diferentes temas, entre ellos la horticultura y los problemas sociales.
Debido a esos intereses, estudió en la Escuela Suiza de Horticultura para Mujeres y en la Escuela Social para Mujeres en Zúrich, donde fue encontrándose con dos de sus máximas pasiones: el activismo y el periodismo social.
Entre las décadas de los 20 y los 30, durante su viaje por diferentes países de Europa, Duby se enfocó en la denuncia de gobiernos fascistas, la crónica de la guerra y la ayuda a refugiados, siendo detenida por ello en dos ocasiones y orillada a exiliarse en América en 1940.
Fue gracias a su viaje a otro continente que la vida de esta mujer cambió por completo, convirtiéndose con los años en uno de los personajes más importantes para su país y para México, donde falleció en 1993, a los 92 años.
A partir de hoy, 1 de julio, y hasta los próximos tres meses, la vida de Duby en México se presentará en el Museo Nacional de Las Culturas del Mundo, a través de la exposición Gertrude Duby: una suiza para Chiapas.
La Embajada de Suiza en México fue la que comenzó a organizar este proyecto desde noviembre del año pasado junto a la asociación cultural Na Bolom, fundada por la misma Gertrude y Frans Blom, un arqueólogo danés que conoció en Chiapas y quien en 1950 se convirtió en su esposo.
Patricia López Sánchez, directora general de la asociación Na Bolom, asegura en entrevista que serán alrededor de 150 piezas sobre Gertrude las que se expondrán en el Museo, entre ellas pinturas de la Selva Lacandona, donde Duby conoció y protegió al pueblo maya lacandón; audios, fotografías, documentos y textiles que no se han visto antes.
“Lo emocionante de esta exposición es que veremos a ‘Trudy’ representada en sus diferentes facetas (…) Se van a ver sus distintos amores: la fotografía, los lacandones, Chiapas, los textiles, la música, entre otras cosas”, dice la directora.
En 1943 fue que la periodista suiza arribó a Chiapas, integrándose poco a poco a la vida y cultura del pueblo lacandón, lo que la motivó a exponer a sus representantes y sus luchas sociales contra la destrucción de su territorio.
Al vivir cerca de ellos, “Trudy” comenzó a apegarse más a su cámara y fotografiar lo que veía, como rostros de niños lacandones, mujeres bebiendo y comiendo, y a hombres cabalgando.
“Gertrude se caracterizó por ser una mujer de gran pasión. Fue impresionante cómo dejó su país para venir a México y cómo lo adoptó. Todo lo que logró aquí es de verdad un ejemplo a seguir (…) Llegó a una zona donde era muy diferente andar sola y entonces se vuelve expedicionaria, exploradora, activista y no deja de ser una mujer fuerte y aguerrida”, comparte la directora de la asociación Na Bolom.
Enriquecimiento mutuo
A través de Gertrude Duby: una suiza para Chiapas, no sólo se expondrá la cultura de los lacandones a través de los ojos de una ciudadana suiza, sino que al mismo tiempo los capitalinos se adentrarán al país de la artista, convirtiéndose en un enriquecimiento mutuo.
Pietro Piffaretti, embajador de Suiza en México, asegura en entrevista que desde su perspectiva es muy importante ver esta mirada cruzada: la mirada de una suiza sobre Chiapas, sobre su cultura e idioma, y cómo eso se convierte en un factor de enriquecimiento entre la nación azteca y Suiza.
“A veces, la mirada exterior nos ayuda a valorar lo que tenemos, porque de repente se nos olvida nuestro patrimonio histórico y cultural, y para eso sirve la mirada ajena.
“Eso vale en los dos sentidos: en este caso es la mirada de una suiza sobre México, y en muchos otros es la mirada de mexicanos sobre Suiza. Esta mirada cruzada nos enriquece y hace que uno valore más lo que tiene y lo aprecie más”, comenta el diplomático.
De acuerdo con Piffaretti, Gertrude Duby es sin duda un lazo que quieren visibilizar mucho más, pues es parte importante de la relación histórica que conforman México y Suiza desde hace 77 años, cuando establecieron formalmente una diplomacia bilateral.
Para él, la nación azteca es esencial para su país, considerando que, además de “Trudy”, recibió a muchos otros suizos en el pasado, haciendo de México su patria.
“Al llegar, los suizos han contribuido en el país, y en el caso de Duby me parece que su contribución es muy original. Fue una mujer extraordinaria. Nosotros estamos muy orgullosos y felices de visibilizar su trabajo en Ciudad de México porque desde nuestra opinión aún no se conoce lo suficiente.
“Fue una mujer innovadora que se adelantó mucho a su tiempo, enfocándose en temas de ecología, de protección del medio ambiente, la biodiversidad, el pueblo lacandón y sus tradiciones”, asegura.
Además de esta exposición, el diplomático declara que a través de la Embajada seguirán difundiendo la cultura de su país, pues están convencidos de que “la cultura es un vector de ideas, de transformación y de diálogo entre países, pueblos y naciones”.
“La cultura es un tema muy importante para nuestra labor diplomática y nuestra colaboración con los actores y socios mexicanos”, añade.
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