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El primer samurai inglés: historia de William Adams

WILLIAM ADAMS, FUE UN NAVEGANTE, CONSEJERO Y PRIMER SAMURAI INGLÉS QUE INFLUYÓ EN EL DESTINO DE JAPÓN.

En la primavera de 1600, un barco llegó a las costas de Kyushu, Japón. De su accidentada tripulación, solo nueve hombres tenían la fuerza suficiente para ponerse de pie. Uno de ellos se convertiría en el primer samurai inglés y figura clave para la nación nipona: William Adams.

Forzado por la temprana muerte de su padre, William Adams comenzó a aprender el oficio de marinero desde la edad de 12 años. Más tarde, sirvió para la Armada Real y defendió a su natal Inglaterra de las fuerzas navales españolas. 

A sus 34 años, ya establecido como piloto y con vasta experiencia en el mar, Adams decidió unirse a una compañía comerciante holandesa con el fin de buscar riquezas en el Oriente. 

Por otro lado, al marinero inglés se le nombró piloto de una flota compuesta por cinco barcos que en 1958 zarparon rumbo a Sudamérica con la misión de intercambiar su cargamento por plata y luego obtener especias del Este. 

Solo dos barcos lograron llegar a costas ecuatorianas, en donde un enfrentamiento con locales derivó en la muerte de varios marineros, incluyendo a Thomas, hermano de Adams. Los dos navíos restantes decidieron navegar hacia el Oeste, pero uno de ellos sucumbió ante un tifón. 

ASENTAMIENTO EN JAPÓN

Con sólo 23 sobrevivientes de una tripulación de 100 hombres, el barco llamado ‘Liefde’ finalmente llegó a la isla de Kyushu, Japón. Y así, según varias fuentes como el Profesor Derek Massarella en su ensayo ‘William Adams and Early English Enterprise in Japan’, William Adams se convirtió en el primer inglés en tocar tierras japonesas.

Para ese entonces, Portugal tenía una fuerte relación comercial con Japón y a través de ella, jesuitas portugueses aprovecharon para llegar a la isla y esparcir la religión católica. Además, Portugal era aliado de España, nación en conflicto con Holanda que a su vez contaba con el apoyo de Inglaterra en su búsqueda por una independencia. 

Con estos antecedentes, no es de sorprenderse que misioneros jesuitas inmediatamente acusaran a Adams y sus hombres de ser piratas, incluso aconsejando su ejecución: querían deshacerse de sus enemigos herejes. Sin embargo, el entonces daimyō (algo así como señor feudal) de la región, Tokugawa Ieyasu solo ordenó su encarcelamiento en el castillo de Osaka. 

Ieyasu veía valor en Adams y después de tener tres entrevistas con él, no solo aprendió sobre sus habilidades marítimas, sino también sobre el mundo exterior: Inglaterra, comercio, guerras y religión. 

Adams era protestante, y a través de él, Ieyasu comprendió las diferencias religiosas con respecto al catolicismo y las ambiciones territoriales de Portugal y España. Parecía que había encontrado más argumentos en contra de los jesuitas lusos que tantos problemas estaban causando en Japón.

Unos meses después, Tokugawa Ieyasu destruyó a sus rivales en la gran batalla de Sekigahara, para así asumir el título de shōgun y convertirse en líder de Japón. Un factor decisivo en la victoria, fue la utilización de los cañones que Adams había transportado en el Liefde.

Mientras tanto, a Adams y sus hombres ya en libertad, se les encomendó la tarea de construir barcos estilo occidental y así, ayudar al enriquecimiento comercial japonés.

CONVERTIDO EN SAMURAI

Ieyasu le tomó gusto a Adams y sus conocimientos de matemáticas, navegación y comercio, por lo que le prohibió salir de Japón y lo convirtió en su consejero e intérprete oficial. Para obtener su lealtad, el shōgun le otorgó tierras, sirvientes y dos espadas representantes de la autoridad samurai.

El líder nipón declaró que el piloto William Adams estaba muerto, para así renombrarlo Miura Anjin y darle el título de hatamoto: samurai en servicio directo del shōgun.

Adams, el primer samurái inglés, se convirtió en un ejemplar sirviente de Ieyasu, ayudando a negociar rutas con Nueva España, encabezando expediciones, estableciendo una relación comercial con Holanda, y debilitando el poder mercantil de Portugal en Japón. Esto era perfecto para Ieyasu, porque a diferencia de los portugueses, los holandeses no mezclaban comercio con religión. 

Tras años de inquietud y conflictos sociales causados por la propagación católica de los misioneros portugueses, Ieyasu tomó el consejo directo de Adams y expulsó a los jesuitas de Japón en 1614, ordenando a todos los católicos del país a abandonar su fe. 

A pesar de la muerte de Tokugawa Ieyasu en 1616, el primer samurái inglés mantuvo sus privilegios para continuar sus actividades comerciales bajo la protección del nuevo shōgun. 

William Adams falleció en Hirado, Nagasaki a sus 55 años de edad. 

Asimismo, un pueblo en Edo (nombre que tuvo Tokio hasta 1868, año de la restauración Meiji) fue nombrado ‘Anjin-chō’ en su honor y todos los días 10 de agosto se celebra un festival con su nombre en la ciudad de Itō. 

Finalmente, su vida inspiró la novela “Shōgun” de James Clavell que más tarde sería adaptada en una miniserie para TV. 

En 2017 se encontró parte de su esqueleto, pero no fue hasta el pasado 16 de mayo (casi 400 años después de su muerte) que se pudieron identificar formalmente como sus restos.

William Adams fue el primer hombre inglés en pisar Japón y ser considerado un samurai, pero su principal legado fue haber contribuido al desarrollo económico de la región y aún más importante, ayudar a detener en seco los planes ibéricos para convertir al catolicismo y conquistar al país. Tal vez llegó de manera accidentada, casi milagrosa, pero su estadía en Japón probó ser más influyente de lo que la historia lo recuerda. 

Muy Interesante. 

 

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