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Hipócrates, el ‘padre de la medicina’

En 1901, el arqueólogo alemán Rudolf Herzog descubrió en Cos, una isla del archipiélago del Dodecaneso, los restos de un santuario consagrado a Asclepios, el dios griego de la medicina. La edificación, del siglo IV a.C., es aún hoy uno de los conjuntos arqueológicos más atractivos del Egeo, pero aun así seguramente podría pasar inadvertido si no fuera porque no lejos de allí nació Hipócrates, el gran médico de la Antigüedad.

Sus enseñanzas perduraron durante siglos, pero apenas se conocen un puñado de datos sobre el que es considerado el ‘Padre de la medicina’. 

La tradición marca su nacimiento en la propia isla de Cos y remonta su linaje hasta Hércules, por parte de madre, y hasta el mismísimo Asclepios por la de Heraclides, su padre. De éste y de su abuelo, que se llamaba como él, pudo aprender los rudimentos de su profesión, que su familia practicaba desde época inmemorial. Pero Hipócrates no permanecería mucho tiempo en la isla. Impulsado por su sed de conocimientos, viajó a Tesalia, Tracia, Egipto y Atenas.

Durante su formación, pudo ser instruido por Herodicos, un médico tracio que usaba el ejercicio para tratar distintas patologías, y quizá por Demócrito de Abdera, el genial filósofo que concibió la existencia de los átomos.

Más tarde fundaría su propia escuela en Cos. 

Los tratamientos a los que sometía Hipócrates a sus pacientes, basados en la observación y no en la magia, extendieron su fama por toda Grecia. Según los historiadores Plinio y Varrón, ésta se acrecentó durante las guerras del Peloponeso, cuando Hipócrates evitó que la peste arrasara Atenas prendiendo hogueras en la ciudad. 

Durante siglos, se le ha atribuido el Corpus hippocraticum, un conjunto de unas 70 obras de las que Hipócrates quizá sólo escribió seis. No se sabe si el resto fueron añadidas en la Biblioteca de Alejandría, pero todo parece apuntar que el Corpus , o al menos parte de él, es el único texto que ha sobrevivido de la Escuela de Medicina de Cos.

Entre sus escritos, como el Tratado de los aires, las aguas y los lugares , puede observarse cómo se discuten las causas ambientales de la enfermedad y se sugiere por primera vez que el clima o la situación geográfica de una población pueden ayudar al médico a diagnosticarla. Además, en el Tratado del pronóstico y aforismos se indica que un médico puede predecir la evolución de una patología observando un número suficiente de casos, una idea entonces revolucionaria. 

En el Corpus también aparecen las primeras ideas sobre medicina preventiva, se explican nociones básicas sobre la epilepsia, rudimentos de anatomía, se ahonda en el conocimiento de los humores corporales y se resalta el papel del cerebro.

No conocemos por qué Hipócrates está enterrado en Tesalia, un lugar que visitó a menudo; quizá porque según la leyenda allí había nacido Asclepios. 

En 1826, a un par de kilómetros de Larisa de Tesalia, donde se supone que falleció, se encontró una losa junto con una cadena de oro con forma de serpiente, el antiguo símbolo del dios griego de la medicina. Entre las pocas palabras grabadas en la lápida, hoy desaparecida, podía leerse Hipokrat.

«Siempre fiel a un código de conducta»

El juramento hipocrático que se atribuye al “Padre de la medicina” pudo ser posterior. Entre otras cosas, este código prohíbe al médico practicar abortos y le obliga a guardar el secreto profesional.

Muy Interesante. 

 

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