El hombre con parálisis pudo controlar los brazos robóticos a través de una interfaz cerebro-máquina que lee las señales cerebrales.
La ciencia está destinada a favorecer nuestra vida, hacerla más sencilla y resolver problemas que por nosotros mismos no podríamos. Un ejemplo de lo anterior lo vivió un hombre con parálisis que ha logrado comer sin ayuda, después de 30 años, gracias a unos brazos robóticos creados por investigadores del Laboratorio de Física Aplicada (APL) de Johns Hopkins.
El hombre pudo controlar los brazos robóticos para sostener un cuchillo y tenedor. Este logro es fundamental, ya que podría brindar a otras personas con discapacidades la posibilidad de recuperar su autonomía física.
La extraordinaria hazaña se describe en un nuevo artículo publicado en la revista Frontiers in Neurorobotics y se basa en una interfaz cerebro-máquina para conectar directamente el cerebro y el ordenador.
Cómo funciona esta máquina que le permitió al hombre comer por sí mismo
El dispositivo funciona a través de una interfaz cerebro-maquina (BMI) que se encarga de leer las señales cerebrales del usuario. Luego éstas son procesadas y ejecutadas por los brazos robóticos, gracias a un micromotor que los impulsa.
Francesco Tenore, co-autor del estudio basado en este proyecto, dice que la dinámica de control compartido busca aprovechar las potencialidades de la interfaz cerebro-máquina y el sistema robótico. Esto para darle al usuario la posibilidad de personalizar el comportamiento de la prótesis inteligente.
El sujeto de prueba sufrió una lesión en la columna hace tres décadas. Esto lo dejó con un movimiento parcial de los brazos y sin poder usar los dedos. Con el fin de que el paciente pudiera usar los brazos robóticos para cortar comida y guiarla hacia su boca, los investigadores implementaran un conjunto de electrodos en su cerebro.
Una tarea ardua
El estudio ha tardado mucho tiempo en realizarse, basándose en más de 15 años de investigación. Sin embargo, ahora podría ofrecer esperanza a las personas con deficiencias sensoriomotoras.
“Las interfaces cerebro-máquina tienen el potencial de aumentar la independencia de estas personas proporcionando señales de control a las prótesis y volviendo a habilitar las actividades de la vida diaria”, escriben los autores en su artículo.
Tenore concluyó que si bien los resultados son preliminares, se siente satisfecho de crear algo que permita a los usuarios con motricidad limitada controlar máquinas de asistencia cada vez más inteligentes.
MUY INTERESANTE.