La disposición de 17 entierros en Xochimilco arrojan nueva luz sobre el paso de los ritos funerarios mesoamericanos y la cristiandad.
En un área aproximada de 630 metros cuadrados, especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) han exhumado siete siglos de vida del pueblo xochimilca. Por medio de entierros encontrados en las inmediaciones de la Ciudad de México, los arqueólogos encargados del estudio identificaron una transición clara entre la vida cultural prehispánica y el sistema de pensamiento cristiano a partir de los enteros en Xochimilco.
Nueva evidencia de la vida precolombina en los canales
La evidencia está en los restos humanos. Los entierros en Xochimilco revelan que las personas que habitaron la zona durante la época precuauhtémica hacían esfuerzos considerables para evitar que sus hogares se inundaran. Con el descubrimiento de, al menos, 17 espacios funerarios, el INAH parece haber encontrado nueva información sobre las formas de vida mesoamericanas previas a la evangelización del territorio.
Los restos fueron encontrados cerca del Centro Deportivo Xochimilco, según el comunicado de prensa oficial de la institución. La información recabada hasta el momento reveló que las estructuras encontradas datan del periodo Posclásico Temprano, entre el 900 y el 1350 d.C. Incluso desde entonces, se aprecian los esfuerzos de los locales por reutilizar los recursos que venían de las inundaciones. Principalmente, el agua de los canales.
Sin embargo, los vestigios de este antiguo espacio habitacional revelan que siguió ocupándose incluso durante el periodo Posclásico Tardío (1350-1521 d.C.): una fogata y una habitación construida de piedra y adobe delataron la ocupación posterior. Los arqueólogos involucrados piensan que, en aquel tiempo, ésa pudo ser la vivienda de un chinampero dedicado a la agricultura.
Entierros en Xochimilco: evidencia de una transición colonialista
Todavía no se ha determinado la extensión total de los conjuntos habitacionales encontrados. Sin embargo, es un hecho que algunos de ellos seguían funcionado hasta el siglo XIX. En el patio de uno se encontraron los entierros de Xochimilco, como una conexión entre las dos unidades localizadas.
Los artículos de talavera y obsidiana hallados en el sitio sugieren que ese predio pertenecía a una persona de abolengo durante esa época. Sin embargo, lo que realmente llamó la atención de los investigadores fue el hecho de que los ritos funerarios ya contenían elementos sincréticos.
Entre los arqueólogos, resaltó la diferencia entre las posiciones de los dos entierros cristianos encontrados. Aunque ambos pertenecen al periodo colonial temprano, algunos de ellos fueron dispuestos con el cadáver extendido. En contraste, otros fueron posicionados de manera flexionada, como dictaba la tradición mesoamericana.
La disposición del entierro ya corresponde a la usanza cristiana, pero sigue siendo una ofrenda eminentemente mesoamericana. Ésta podría ser una clave para explicar el cambio paulatino entre las costumbres precuauhtémicas y los ritos católicos, impresos a la población por los colonizadores venidos de Europa.
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