Por: Cortesía

Joaquín Murrieta, la leyenda del "Robin Hood Mexicano" cuya cabeza permanece perdida

Esta es la historia de Joaquín Murrieta, el enigmático forajido mexicano que robaba el oro estadounidense para dárselo a los pobres.

25 de julio de 1853. La leyenda de Joaquín Murrieta, el bandido mexicano que se había hecho popular después de atracar cargamentos de oro en California y ceder el botín a quienes más lo necesitaban, estaba por terminar. A solo unos meses de recibir la orden de arrestarlo, el capitán Harry Love y sus Rangers se toparon con el criminal y uno de sus cómplices, Manuel García, en el condado de San Benito. Tras un enfrentamiento a disparos, ambos habían sido abatidos.

Love, con el cobijo del entonces gobernador californiano John Bigler, decidió entonces utilizar el cuerpo de Murrieta para enviar un mensaje. A los pocos días, los Rangers llegaron a San Francisco con la cabeza de Joaquín Murrieta y la mano derecha de Manuel García conservados en jarrones con brandy. Pensaban que eso evitaría que la figura del pistolero identificado modernamente como un “Robin Hood mexicano” cobrara más relevancia entre una sociedad sofocada. Lo que vino después es digno de una novela de aventuras.

¿Quién fue Joaquín Murrieta?

La historia de Joaquín Murrieta es tan espectacular que algunos consideran posible que no sea cierta debido a los pocos datos verificables que alimentan su mito. Por ejemplo, se discute su año de nacimiento –ubicado por historiadores entre 1830 y 1832– así como su nacionalidad. Si bien hay quienes le achacan procedencia chilena, la mayoría concuerda en que Murrieta, hijo de Don Joaquín Murrieta y Rosalía Murrieta, nació en Sonora, estado al norte de México en el que vivió hasta que conoció a quien se convertiría en su esposa, Rosa Félix de Vayoreca.

De acuerdo con el libro ‘Joaquin Murrieta: Literary Fiction or Historical Fact?’ de William Mero, Murrieta se mudó a California junto a su hermano Jesús Murrieta, su esposa y sus tres cuñados a mitades del siglo XIX, justo después de la insólita venta del territorio mexicano a Estados Unidos. Allí, Joaquín intentó buscar trabajo en la boyante industria minera durante la llamada “fiebre del oro”. Por desgracia, el pensamiento racista de la época que llevó a la expulsión de mexicanos del territorio– y la aprobación de una ley que obligaba pagar un alto impuesto a mineros de origen latinoamericano impidieron que pudiera formar la fortuna que buscaba.

Las cosas se complicaron aún más cuando fue las autoridades se apropiaron de su hogar, su hermano fue ahorcado por un crimen que no cometió, su esposa fue violada y asesinada en total impunidad. Sin tierras, sin familia y sin oportunidades, Murrieta hizo lo que creyó necesario para sobrevivir.

El “Robin Hood mexicano” cuya cabeza permanece perdida

Independientemente del relato que se siga, Joaquín Murrieta decidió hacer justicia por su propia mano. El escritor cherokee John Rollin Ridge establece en su libro ‘The Life and Adventures of Joaquin Murrieta, the Celebrated California Bandid’ que el mexicano se comprometió a asesinar a todos los yankees que se encontrara para vengar a sus familiares. Esto permitió que muchos californianos –antiguamente considerados mexicanos se identificaran con su lucha y su dolor, viéndolo como un representante de la lucha contra la opresión de los “gringos”. Le llamaron, entonces, “El Patrio”.

Otros suelen ser más conservadores y aseguran que Murrieta se sacudió el yugo estadounidense mediante el atraco. Entre 1850 y 1853, Joaquín y cuatro ladrones con los que compartía su nombre formaron la banda de “Los cinco Joaquines”, especializada en el robo de oro en la región. La leyenda popular asegura que Murrieta, sus compinches y su mano derecha, Manuel García –también llamado “Jack Tres Dedos”– aterrorizaron al pueblo de Mother Lode, en Sierra Nevada, con sus asaltos, robos y asesinatos. Después, repartían su botín entre los pobres y sus familias.

El 11 de mayo de 1853, el gobernador de California ordenó la captura de Murrieta y su grupo de bandoleros. Para ello creó al escuadrón de élite Rangers, encabezado por el ex sheriff tejano Harry Love. Además, pusieron un precio a su cabeza para que cualquiera pudiera denunciarlo. Nadie lo intentó siquiera.

¿Qué pasó con Joaquín Murrieta?

El 25 de julio de ese mismo año, los Rangers se enfrentaron y asesinaron a dos sospechosos: Murrieta y García. Los mutilaron y llevaron la cabeza de Joaquín y una de las manos de Manuel para exhibirlas por toda California. Quienes osaran robar a los estadounidenses se enfrentarían con la misma suerte.

Por extraño que parezca, algunas personas cercanas al criminal mexicano aseguraron que la cabeza no pertenecía a Murrieta. Documentos de la época señalan que una mujer que afirmó ser su hermana incluso refirió la ausencia de una cicatriz que Joaquín tenía como característica. Poco tiempo después, personas reportaron haber visto y recibido contribuciones en oro del propio Murrieta y su banda. A pesar de los deseos norteamericanos, el mexicano seguía vivo… al menos para algunos.

Durante los siguientes años, los rumores sobre el paradero de Joaquín Murrieta fueron muchos. Unos dijeron que nunca fue detenido y que los Rangers inventaron su captura y asesinato para cobrar su rescate. Otros dijeron que el propio pistolero se había escabullido de la muerte y continuado con su misión justiciera. Una carta recibida por el periódico San Francisco Herald en 1875 aseguraba ser firmada por un Murrieta vivo que todavía conservaba su cabeza. Al final, nadie sabrá exactamente lo que sucedió con el bandido. Durante el terremoto de 1906 que azotó la zona de San Francisco, la cabeza de Joaquín Murrieta se perdió para siempre.

Poemas, canciones, películas y series basadas en la vida de un famoso ladrón

La espectacularidad de la historia de Joaquín Murrieta y lo que provocaba en quienes se sentían impotentes ante la injusticia y el desplazamiento obligatorio ha inspirado a artistas de todas las épocas.

Por ejemplo, existen libros, cómics, canciones populares e incluso versos como aquellos escritos por Pablo Neruda– que retoman las aventuras del ladrón de El Dorado. De hecho, es gracias a estas obras que se piensa que Murrieta que combatió junto a mineros chilenos en California pudiera ser oriundo del Cono Sur. Por supuesto, esto no es más que una lectura errónea popularizada a través de los años.

También se han hecho películas como las estadounidenses ‘The Robin Hood of El Dorado’ y ‘Joaquin Murieta, así como óperas rock, obras de teatro y la reciente serie de televisión ‘La cabeza de Joaquín Murrieta’, de Prime Video. Pero quizá el mejor ejemplo de la figura de Joaquín Murrieta en la cultura pop es el personaje «El Zorro», creado por Johnston McCulley en 1919. En su última adaptación a la pantalla grande, interpretado por Antonio Banderas, «El Zorro» incluso se llama «Alejandro Murrieta», en clara alusión al ladrón mexicano.

MUY INTERESANTE.

 

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