La luz azul está en todos los dispositivos electrónicos que nos rodean, y está acercando a la humanidad a una vejez prematura.
Desde que amanece y tomas el celular, hasta que anochece y activas la alarma del mismo, estás expuesto a la luz azul. Esta realidad es similar para millones de personas, la mala noticia es que la sobreexposición a ella podría llevar a generaciones enteras a envejecer de forma prematura.
La luz azul es toda la que emana de teléfonos celulares, computadoras y tablets. Durante millones de años, el sol fue la única fuente de este tipo de luz. Sin embargo, desde hace varias décadas, gran parte de la población está expuesta a ella a través de los aparatos electrónicos.
La luz azul, daño constante a las células
Se creía que la sobreexposición a esta luz dañaba las retinas y acelera la pérdida de firmeza en la piel y la aparición de arrugas. También fue vinculada a la obesidad y problemas psicológicos. Un nuevo estudio publicado en Frontiers in Aging reveló que el impacto podría ser mayor en todo el cuerpo.
“La exposición excesiva a la luz azul de los dispositivos cotidianos, como televisores, ordenadores portátiles y teléfonos, puede tener efectos perjudiciales en una amplia gama de células de nuestro cuerpo, desde las células de la piel y de la grasa, hasta las neuronas sensoriales”, explicó la doctora Jadwiga Giebultowicz, autora principal de estudio.
En un segundo análisis, también se comprobó que los efectos dañinos de la exposición diaria empeoran a medida que las personas envejecen, incluso si éstas no están de frente a los dispositivos con luz azul.
“El aspecto novedoso de este nuevo estudio muestra que la exposición crónica a la luz azul puede afectar las vías de producción de energía, incluso en células que no están especializadas en detectar la luz”, dijo Giebultowicz.
La profesora del Departamento de Biología Integrativa de la Universidad Estatal de Oregón sugiere que evitar la exposición excesiva a la luz azul puede ser una buena estrategia antienvejecimiento.
Moscas y humanos frente a la luz azul
Los estudios realizados en la Universidad Estatal de Oregón partieron del análisis de la Drosophila melanogaster, una mosca común de la fruta, debido a los mecanismos celulares y de desarrollo que comparte con otros animales y con los humanos.
“Las moscas sujetas a ciclos diarios de 12 horas en la luz y 12 horas en la oscuridad tuvieron vidas más cortas en comparación con las moscas mantenidas en la oscuridad total o aquellas mantenidas en la luz con las longitudes de onda azules filtradas”, menciona un comunicado de la universidad.
Las moscas expuestas a la luz azul también mostraron daños en las células de la retina y las neuronas cerebrales. También presentaron un problema de locomoción. “La capacidad de las moscas para escalar las paredes de sus recintos, un comportamiento común, se vio disminuida”.
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