HACE UNA DÉCADA, SE COMPROBÓ QUE UNA MUTACIÓN HACE POSIBLE QUE ALGUNAS MUJERES VEAN COLORES QUE LAS DEMÁS PERSONAS NI SIQUIERA IMAGINAMOS; SIN EMBARGO, EN LA MAYORÍA DE LOS CASOS ELLAS TAMPOCO LO SABEN.
El ojo humano percibe el color a partir de tres tipos distintos de conos, las células sensibles a los fotones (partículas de luz) ubicadas en la retina. Los poco más de 110 millones de conos se encargan de captar la luz en un sistema de visión tricromática, es decir, a partir de tres colores básicos: rojo, verde y azul, según su longitud de onda.
La unión de la información obtenida por los tres tipos de conos viaja a través del sistema nervioso en forma de impulsos eléctricos y es procesada en la corteza visual del cerebro, dando como resultado los distintos colores percibidos por el ojo humano.
Esta característica nos permite explorar el mundo a través de la vista con alta precisión; sin embargo, nuestra visión es limitada y sólo nos permite observar una parte del espectro electromagnético a la que llamamos luz visible.
Para los humanos, los colores de una longitud de onda menor del infrarrojo o más allá del ultravioleta son imposibles de ver. Eso significa que una amplia gama de tonalidades que ni siquiera imaginamos se encuentra a nuestro alrededor, únicamente accesible para sistemas de visión más avanzados como los de las aves, peces y algunos reptiles, que poseen cuatro tipos de conos en vez de tres.
En septiembre de 2020, un estudio con colibríes elaborado por la Universidad de Princeton, demostró que su sistema de visión es tetracromático y pueden ver combinaciones de colores como el ultravioleta, además de las múltiples combinaciones de ultravioleta con rojo, verde, azul y amarillo.
Y aunque esas tonalidades son imposibles de apreciar para el ojo humano estándar, hace una década se comprobó que algunas mujeres podían ver muchos más colores que las personas promedio:
Se estima que el 12 % de las mujeres en el mundo son tetracrómatas, producto de una mutación en el cromosoma X que les dota de un tipo de cono extra para ver el mundo con una capacidad mayor para distinguir millones de colores más de lo habitual.
En 2010, la Doctora Gabriele Jordan del Instituto de Neurociencia de la Universidad de Newcastle logró obtener pruebas concluyentes de que estaba frente a la primera mujer tetracrómata comprobada por la ciencia.
A través de diversas pruebas con colores que lucen idénticos para la mayoría de las personas, Jordan descubrió que la participante del estudio, una mujer que prefirió no ser identificada, respondió correctamente a todas las pruebas para identificar colores con longitudes de onda invisibles para los tricrómatas.
El caso levantó expectación y algunas otras mujeres con la misma habilidad aparecieron públicamente, como la famosa artista Concetta Antico, pintora tetracrómata que ha intentado compartir a través de sus obras de arte cómo se ve el mundo con una visión más desarrollada.
Jordan y otros colegas estiman que cerca del 12 % de las mujeres de todo el mundo podrían ser tetracrómatas; sin embargo, consideran que su habilidad pasa desapercibida durante toda su vida, debido a que la mayoría de niñas y mujeres con esta mutación no entrenan su percepción lo suficiente, ni encuentran la forma de comprobarlo en un mundo tricromático. Después de todo, la percepción del color es también un fenómeno cultural complejo que necesita de estímulos para desarrollarse al máximo.
MUY INTERESANTE.