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Las mejores películas internacionales de 2020

Selección de las mejores películas del año para ver en las salas de cine, Netflix, HBO, Amazon Prime...

20. LA INCREÍBLE HISTORIA DE DAVID COPPERFIELD

De Armando Iannucci

De repente, Charles Dickens adquiere la textura de lo nuevo, de lo aún por descubrir. Armando Iannucci consigue la más heterodoxa, libre y moderna de las lecturas del clásico con el nada artificioso ejercicio de la ortodoxia... pero bien entendida. Se trata de entender y hacer visible que el respeto al texto no tiene nada que ver con llevar la corbata bien puesta ni el traje recién planchado. La fidelidad va por dentro. Delirante, profunda, feliz y brillante.

19. LITTLE JOE

De Jessica Hausner

Sobre un argumento más propio de la ciencia ficción, la película narra la historia de una flor capaz de provocar a sus cuidadores ganas de vivir. De vivir bien, claro. A medio camino entre La invasión de los ladrones de cuerpos, de Siegel, y El incidente, de Shyamalan, la historia avanza milimétrica y precisa por territorios consciente e irónicamente explorados. Nada es nuevo, pese a que todo se ve por primera vez. O viceversa.

18. CORPUS CHRISTI

De Jan Komasa

Encendida por un raro hiperrealismo casi místico (todos los personajes lucen ojos azules) y una fotografía gris deslumbrante (notable el trabajo de Piotr Sobocinski), el filme no duda en descender al más evidente de los fangos para enseñarnos el verdadero sentido de lo sagrado. La que se anuncia como la candidata polaca al Oscar quiere ser el relato pausado de lo que no es más que un error, una confusión, un enredo de identidades que pone en cuestión, atentos, el propio concepto de bondad. Y así.

17. NO CREAS QUE VOY A GRITAR

De Frank Beauvais

Valga esta película como síntoma. Beauvais cuenta la historia de un hombre solo y encerrado en su casa. Tan solo y encerrado como tantos otros durante el confinamiento. Nuestro héroe solo hace una cosa: ver cine y con fragmentos de todo lo que ve recomponer su historia y la de todos. Es cine de corta y pega que eleva la metaficción a la categoría de religión. Es cine como salvación. Y como condena. Es el signo de unos tiempos que, definitivamente, acaban.

16. BLISS

De Joe Begos

De repente, un cuento vampírico tan cerca de Panos Cosmatos como de Claire Denis. Sucio, sangriento, obsesivo, esquizofrénico y fundamentalmente eléctrico. El director encuentra el sitio exacto y el modo correcto para tratar su nerviosismo. Y su indudable talento. Entre el 'giallo' y la abstracción, entre el terror y el melodrama, Begos acierta a confeccionar una fábula hipnótica sobre el arte, el poder de la creación y el simple vacío. Se trata de cine líquido, de un festín psicodélico de sangre, adrenalina, pintura al óleo y hasta semen. Era Lady Macbeth la que mantenía que cada vez que el hombre actúa se derrama un líquido. Pues eso. Y, además, mancha.

15. SOBRE EL INFINITO

De Roy Andersson

Lo peor no es lo absurdo de todo esto. Lo peor es que, además, es infinito, no acaba nunca. Vamos, que ni siquiera pasa rápido. Sobre este precepto hace tiempo que el sueco Andersson vive empeñado en cavar un enorme hoyo. 'Sobre el infinito' se puede entender como un epílogo a su particular trilogía de la existencia que cerrara con 'Una paloma se posó en una rama a reflexionar sobre la existencia'. De nuevo, los personajes con el rostro borrado por la tiza blanca; otra vez, la perfecta composición (o descomposición) de un mundo colocado entre la realidad y el mismo sueño; como siempre, un guion que deja entre los huecos de las palabras la posibilidad misma de la expresión. De golpe, un universo trágico en su comicidad o hilarante en total ausencia de prejuicios.

14. EL LAGO DEL GANSO SALVAJE

De Diao Yinan

Diao Yinan reconfigura el 'noir' en exactamente los mismos términos que en su anterior trabajo 'Black coal', la película que ganara el Oso de Oro en Berlín en 2014. De nuevo, la noche es el escenario del sueño de una ciudad desproporcionada que se comporta, se mueve y se arrastra como un animal salvaje. El director satura la pantalla de todo aquello que determina la tragedia de un hombre. En la pesadilla reconstruida por Yinan llueve, los cuerpos se abren al paso de las navajas y las prostitutas se vacían sobre la opaca superficie de los lagos.

13. SAINT MAUD

De Rose Glass

El cine de terror adquiere en esta ópera prima el carácter de lo irrefutable, de lo avasallador, de lo tremendo. La historia de una enfermera dispuesta a todo por salvar el alma enferma de la mujer a la que cuida adquiere en manos de Rose Glass el carácter de un cuento iniciático que reformula desde los cimientos asuntos tales como el poder de la fe o, un paso más allá, las estrategias de dominación y sumisión del patriarcado. Obsesiva hasta más allá de la extenuación.

12. VITALINA VARELA

De Pedro Costa

El viaje de una mujer desde Cabo Verde a Lisboa en busca del cadáver su marido que tiempo atrás emigró se convierte en manos del maestro Costa en un lienzo herido de profundos claroscuros detrás del dolor de Vitaliana. Toda la cinta navega sonámbula por una sensación cerca de la orfandad. Tan intensa y profunda que se diría un estado del alma o simplemente una condición indisoluble de la propia existencia. Un milagro cinematográfico con la certeza de la luz, de la luz densa.

11. EMA

De Pablo Larraín

De la mano de la enigmática Mariana Di Girolamo, el director chileno confecciona una película completamente libre de argumentos, excusas o gestos aprendidos. Toda 'Ema' navega sin ataduras por su secreto más íntimo, por un misterio atado a unos cuerpos que se ofrecen vírgenes a todo y a todos: al dolor, al placer, al sexo y al baile. Sí, se baila sin parar por la misma razón que se vive y, sobre todo, se folla, por la simple inercia que ofrece el principio de vitalidad que lo mueve todo. Es cine sensorial, febril y muy bailable.

10. THE VAST OF NIGHT

De Andrew Patterson

El mundo moderno es hijo de la sospecha. Marx, Freud y Nietzsche demostraron que tras la evidencia respira el monstruo. Y Andrew Patterson se empeña en 'The Vast of Night' en dejar claro que, ahora más que nunca, la paranoia nos define. Su película es un raro artefacto nocturno que homenajea a la intrigante televisión de interferencias y programas como 'The Twilight Zone', a la vez que nos devuelve a la ingenuidad de la radio antigua y de aquellos extraterrestres de platillos volantes. Sin duda, una de las más gloriosas y magnéticas sorpresas de los estrenos en plataforma. Apabulla la habilidad para recomponer la fiebre de la sospecha. Ahora, que somos tan vulnerables.

9. UNDER THE SKIN

De Jonathan Glazer

En realidad, la propuesta airada y carnal protagonizada por la alienígena voraz Scarlett Johansson fue estrenada en el ancho mundo en 2013. Y hasta para eso es raro el 2020 que acaba, capaz de convertir en material eterno un objeto de culto del pasado. Cada escena de 'Under the skin' discurre por la pantalla cerca de la alucinación soportada por la música de Mica Levi que funciona como si unas uñas gigantes arañaran la pizarra del universo. La metáfora es del compositor. Una suerte de cámara oscura sumerge a los cuerpos en un fluido negro que bien podría ser sangre de otros mundos. Scarlett se desnuda y se ofrece entera como Venus; se desnuda por primera vez y única. Lo hace a la vez que castiga y condena a la mirada y, con ella, a los que miran. Es un desnudo perfecto y frío; tan perfecto y helado como una cuchillada que refuta tanto el deseo como el propio erotismo.

8. BORAT, PELÍCULA FILM SECUELA

De Jason Woliner

Sacha Baron Cohen vuelve. Y lo hace a lo grande. Él no es más gracioso ahora que hace 15 años, simplemente la realidad es más ridícula. Nuestro héroe contemporáneo pasea su estupidez indómita por un universo enloquecido que, definitivamente, ha perdido el rumbo. La novedad, eso sí, corre a cuenta de la actriz Maria Bakalova, que antes que simplemente seguir el ritmo, lo redobla. Decir que su papel raya la genialidad es apenas decir nada. Es mejor. Ella simplemente se ofrece sumisa a un universo terriblemente machista. Si la simpleza de Borat era la mejor excusa para que asuntos tales como el racismo, la xenofobia, el clasismo, el cuñadismo o la homofobia se dejaran ver, ahora es la ingenuidad de Bakalova la que añade una muesca más al 'hit parade': el rigor heteropatriarcal sangra, de forma literal, con ella.

7. ESTOY PENSANDO EN DEJARLO

De Charlie Kaufman

El más arriesgado, 'borgiano', y metaguionista de los escritores de cine compone una de las más abrasivas maravillas que ha dejado la pandemia. El director de 'Cómo ser John Malkovich', 'Anomalisa' y 'Synecdoche, New York' enseña ahora su perfil más amargo, triste, taciturno y, admitámoslo, soberbio. No sólo es una película sobre asuntos tales como las heridas del amor, también lo es sobre la memoria, la identidad y el sueño. Desde 'La edad de oro' de Buñuel el cine surrealista no se había atrevido a tanto. Netflix deja completa libertad a los creadores y pasa esto. Un milagro. Muy doloroso, pero milagro al fin y al cabo.

6. NUNCA, CASI NUNCA, A VECES, SIEMPRE

De Eliza Hittman

Una pareja de adolescentes viaja a la ciudad con un objetivo: abortar. La directora convierte este argumento mínimo en un auténtico y soberbio viaje al fondo de la noche, en un drama naturalista, melancólico y descarnado sobre la adolescencia acosada. Con una precisión desusada, Hittman se las arregla para componer una rara, ausente y muy profunda sinfonía del dolor. La fotografía entre saturada y sólo rota, la banda sonora necesariamente fracturada y la mirada partida en pedazos componen un universo de escombros, extraño y muy cercano a la vez.

5. SOUL

De Pete Docter, Kemp Powers

Lo nuevo de Pixar vuelve a ser lo más genuino del último Pixar en la era pos Lasseter. Y Peter Docter, el genio detrás de 'Up' y 'Del revés', insiste en combinar con precisión el delirio pop (o, mejor, jazz) con la abstracción amable para confeccionar un trabajo alegremente cartesiano, de Descartes. Pero sin ofender. Se cuenta en 'Soul' la difícil relación dual entre ese ente fantasmal que a decir del filósofo francés habitaba en el glándula pineal -llámese alma- y la máquina de células con cierta tendencia a engordar -también conocida como cuerpo-. Lo que sigue es una delicada, precisa, divertida, envolvente y muy emotiva reivindicación de eso que el tiempo y la falta de definición adecuada ha dado en llamar vida. O cine, que tanto da.

4. MANK

De David Fincher

En un estudiado blanco y negro cerca de la ensoñación o la pesadilla, Fincher reformula 'Ciudadano Kane' desde el lado opuesto del espejo, desde la vida rota del dipsómano guionista Hermann J. Mankiewicz. En un bucle prodigioso, el espectador es invitado no tanto a introducirse en el 'making of' de la película que hizo saltar por los aires los códigos narrativos del cine clásico, como a destejer y volver a tejer la misma historia desde el punto de vista opuesto. Si la de Kane era la historia del más poderoso y arrogante de los hombres enfrentado a la maquinaria de poder creada por él mismo, el de Mank es el relato del más ínfimo de los seres que contempla desde su insignificancia los estragos de un tiempo esencialmente injusto y condenado a desaparecer.

3. TENET

De Christopher Nolan

Nolan redescubre para el cine la virtud del asombro. Toda la película se sostiene sobre el más elemental de los trucos que descubrió para sí el cinematógrafo: la posibilidad de hacer correr el tiempo hacia atrás. De la misma manera que el tren entra en la estación de la Ciotat, basta girar la manivela en sentido inverso para verle regresar a su lugar de origen que, de repente, es el de destino. Y sobre ese casi sagrado precepto, el director insiste en sus obsesiones temporales para componer un puzzle prodigioso donde todo, por increíble que parezca, encaja hasta el último y más explosivo de los detalles. Es cine que hace ¡boom! y sin dejar ni prisioneros ni heridos.

2. EL FARO

De Robert Eggers

Ya no nos acordamos, pero el año, cuando aún no sabíamos nada del Covid, arrancó con una ola, un tsunami, mejor. Antes que simplemente una película, la nueva propuesta del director de 'La bruja' es una experiencia catártica, sucia y febril. Cada golpe de mar empapa, cada puñalada hiere, el viento desnuda... Una obra maestra con hedor a salitre con Willem Dafoe y Robert Pattinson entregados a un delirio por el que desfilan ingrávidos, enteros y desnudos desde Melville a Poe pasando por los cadáveres incorruptos del capitán Ahab y de Aleister Crowley. Todos ellos observados por el ojo de un faro que apunta a lo más profundo de la retina del espectador.

1. BEGINNING

De Dea Kulumbegashvili

Tras arrasar en el Festival de San Sebastián, donde se llevó cuatro de los premios mayores (Concha de Oro, dirección, guión y actriz para Ia Sukhitashvili), la película de la debutante Dea Kulumbegashvili se ha convertido en la mejor excusa para salvar un año entero; una temporada aciaga sin Cannes y con la nómina de estrenos reducida hasta la extenuación. Turbadora, elegante, brutal y hipnótica, la película navega con convicción por la realidad convertida de repente en sueño. Quizá sólo pesadilla. Es cine que subyuga con la misma fuerza que pone alerta. Es cine para la interrogación, la investigación y hasta la duda. Es cine, que en su apariencia sonámbula y magnética, aspira a revolucionarlo todo. Es lo mejor del año, queda claro.

EL CULTURAL.

 

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