UNA ENORME ‘ABOLLADURA’ DEL CAMPO MAGNÉTICO DE LA TIERRA SE EXTIENDE POR SUDAMÉRICA Y PODRÍA PROVOCAR LA FALLA DE ALGUNOS SATÉLITES Y TELECOMUNICACIONES.
Este miércoles la NASA (Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio) advirtió de una anomalía en el campo magnético de nuestro planeta que podría afectar las telecomunicaciones tal y como las conocemos.
Se trata de un punto débil en el campo magnético de la Tierra que se extiende por Sudamérica y una región del Océano Atlántico. Esta anomalía, conocida por la agencia especial como SAA (Anomalía del Atlántico Sur, por sus siglas en inglés) lleva expandiéndose más de una década.
El campo magnético es una de las condiciones que posibilita la vida en la Tierra. Funciona como un escudo protector contra las partículas cargadas que provienen del Sol. Sin embargo, la NASA detectó que en la zona de la abolladura, estas partículas se acercan más a la superficie que en el resto del planeta.
Y aunque los científicos no observan alteración alguna en la vida diaria que se desarrolla en la superficie (y estiman un riesgo mínimo en los próximos años), detectaron que esta abolladura no sólo se está dividiendo en dos lóbulos, también está creciendo cada vez más hacia el oeste.
Además de los daños causados por la radiación que provocan fallas en los satélites, la agencia pretende conocer más a fondo cómo se formó el SAA con la intención de estudiar los mecanismos que intervienen en la composición del campo magnético terrestre.
Desde hace al menos un siglo, se sabe que el campo magnético de la Tierra está en constante cambio, debido a distintos fenómenos como el océano de hierro en el núcleo de nuestro planeta y la inclinación de su eje. Está demostrado que este escudo protector varía en intensidad y hasta cambia la ubicación exacta de los polos magnéticos año tras año, a razón de unos 10 kilómetros anualmente durante el siglo XX.
El campo magnético de la Tierra también hace posible el funcionamiento de las brújulas, guía la migración de los animales y atrapa las partículas cargadas provenientes del Sol a una distancia segura de la Tierra, en un par de zonas de la magnetósfera llamadas cinturón de Van Allen.
Comprender mejor si el SAA puede llegar a afectar a los satélites que hacen posible la enorme mayoría de comunicaciones en la Tierra es el siguiente paso de la agencia. De ser así, es probable que la tecnología que protege tanto a satélites como a sondas espaciales y misiones tripuladas en el espacio deba dar un paso adelante para evitar la radiación solar.
MUY INTERESANTE.