Despejamos todas tus dudas por si pensabas brindar (o ya lo hiciste) después de vacunarte contra COVID-19.
A partir de que comenzaron las jornadas de vacunación a nivel nacional en México, una indicación particular con respecto a tomar alcohol ha llamado la atención de la población. El ánimo inicial de festejar que las dosis han sido aplicadas se corta de pronto, por la duda si beber podría interferir con la protección inmunitaria de la vacuna. Ésta es la respuesta de la ciencia.
¿Tomar alcohol obstaculiza la acción de la vacuna?
La respuesta rápida es que no. En realidad, hasta el momento no existe evidencia científica de que tomar una o dos copas afecte la respuesta inmune que la vacuna tiene en el organismo. En Estados Unidos, al menos, las alternativas disponibles no han mostrado algún tipo de resistencia o consecuencias adversas con la ingesta de bebidas alcohólicas.
Por el contrario, de acuerdo con The New York Times, podría tener justamente el efecto opuesto. Consumir “cantidades pequeñas o moderadas de alcohol podría beneficiar al sistema inmunitario al reducir la inflamación“, escribe Anahad O’Connor, corresponsal del medio en salud y epidemiología.
Sin embargo, el autor hace una advertencia: el consumo excesivo de alcohol podría suprimir la respuesta inmune que las vacunas ofrecen, particularmente a largo plazo. Habría que recordar que el organismo tarda semanas antes de que la protección sea total en el cuerpo, por lo que tomar alcohol en cantidades considerables sería “motivo de preocupación“, según O’Connor.alcohol v
¿Qué pasa con los bebedores más intensos?
De acuerdo con Ilhem Messaoudi, directora del Centro de Investigación de Virus de la Universidad de California, los bebedores moderados no tienen un problema en términos de la acción de la vacuna. Por el contrario, quienes acostumbran tomar más podrían presentar dificultades a la larga:
“[…] hay que ser muy conscientes de lo que significa realmente beber con moderación. Es peligroso beber grandes cantidades de alcohol porque los efectos en todos los sistemas biológicos, incluido el sistema inmunitario, son bastante graves y se producen con bastante rapidez una vez que se sale de esa zona moderada”.
Por esta razón, tener la costumbre tomar más de dos copas al día podría representar un problema no sólo en términos de la vacuna. La dependencia a las bebidas alcohólicas en este ritmo trae consecuencias graves a la salud, e incide directamente en el sistema inmunitario de los seres humanos.
Aunque la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) no analizó específicamente si tomar alcohol tenía algún efecto negativo en la acción de las vacunas, tampoco existe una contraindicación oficial al respecto. Se espera que, en un futuro cercano, exista más información disponible para saber qué efectos tiene en el organismo al interactuar con los fármacos administrados. Mientas tanto, parece ser que festejar con moderación es la opción.
MUY INTERESANTE.