Como seres perceptivos que somos, hay veces que confundimos los estímulos que se reciben del entorno. Esto podría indicar que tenemos una memoria sana.
Es un clásico. Bajas a la cocina por un vaso de agua. En el trayecto, vas pensando en qué te toca entregar hoy en la chamba, qué era esa cosa que te había encargado tu madre y que, en verdad, necesitas unas vacaciones muy pronto. Al abrir la puerta de la alacena, de pronto te quedas en blanco: ¿a qué venía?, es la pregunta natural, inmediata. Nada. No te acuerdas. De acuerdo con un estudio reciente de la Universidad de Rochester (Reino Unido), estos episodios de olvido son evidencia de que tu memoria está sana y funcionando, aunque parezca lo contrario.
Espacios en blanco
Robert Jacobs lleva dando clases en el Departamento de Ciencias Cerebrales y Cognitivas y Departamento de Informática en la Universidad de Rochester desde hace casi tres décadas. En sus años de estudio, se ha enfocado en investigar los aspectos que propulsan eventos de olvido casuales en los seres humanos. Específicamente, para abrir camino en descubrir los orígenes de la demencia en pacientes ancianos.
Jacobs ha dedicado su vida al estudio de la cognición. En su artículo para The Conversation, debate la noción de que es una herramienta meramente racional en los seres humanos. Por el contrario, apuesta por un enfoque más sensorial, relativo a la percepción del entorno:
“la interpretación o percepción sensorial estadísticamente óptima es aquella que combina información visual sobre la velocidad de un objeto con el conocimiento general de que la mayoría de los objetos en el mundo tienden a ser estacionarios o de movimiento lento”, explica el experto.
Esto querría decir que los seres humanos no sólo somos seres racionales. Y lo que es más: somos más perceptivos, desde este punto de vista. Esta conclusión llevó al equipo de Jacobs a determinar quepuede ser que estos “errores” formen parte del proceso cognitivo, y que por lo tanto, son inevitables. Ésta es la razón.
¿Una falla en la cognición humana?
Ahondando en el asunto de los errores de percepción, Jacobs y su equipo de científicos aseguran que “cuando la información visual es imperfecta”, las personas no puedan captar la información en movimiento del entorno. Esto les conduce a “fallas” en el entendimiento del espacio, y a olvidar momentáneamente lo que estaban haciendo:
“Las personas suelen cometer errores al recordar, razonar, decidir, planificar o actuar, especialmente en situaciones en las que la información es ambigua o incierta”, explica Jacobs.
Para evitar estos lapsos de errores, por tanto, se aconseja realizar ciertas tareas combinando la información que percibimos con otros datos y contextos, ya conocidos por la persona en cuestión. También ayuda el bagaje cultural que cada individuo acarrea consigo.
Por esta razón, Jacobs no considera que esto represente una falla en la cognición humana. Por el contrario, él piensa que “los errores no son necesariamente indicadores de un procesamiento mental defectuoso”. Y lo que es más: “los sistemas cognitivos y de percepción de las personas pueden estar funcionando bastante bien“, concluye el experto.
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