Foto: Cortesía

Tintín alcanza un nuevo récord mundial envuelto en polémica

La portada original de 'El Loto azul' se ha subastado en París por 3.2 millones de euros, récord absoluto para un dibujo original de cómic. Sigue sin aclarrse su procedencia

¡Por tres millones de ectoplasmas, quién habrá sido el basi-bozuk capaz de gastarse esa fortuna! en buena ley la exclamación debiera pertenecer al capitán Haddock, pero bien puede lanzarla todo el que se entere del precio pagado hoy por un dibujo de Tintín: 3.175.000 euros. Se trata de la ilustración original de Georges Remi, Hergé para ilustrar la portada de El Loto azul, quinto álbum de las aventuras del personaje.

Ha sucedido a las 14:15 horas. Lo subrayó con un rotundo mazazo Arnaud Oliveux, el ejecutante que ha dirigido la subasta de Artcurial, cerrando la enconada batalla que hasta ese momento habían mantenido largo tiempo, en un empinado crescendo de ofertas, tres licitadores vía telefónica. Solo ha trascendido que se trata de un coleccionista privado.

El ambiente estaba caliente desde hace días en el mundo de las subastas parisinas. La casa Artcurial se disponía a sacar al atril una obra catalogada como única, después de haber suspendido la primera convocatoria el pasado mes de noviembre por causa de la pandemia de la covid-19. El jueves por la mañana, en la sala de subastas se mascaba la tensión, nadie dudaba que el récord de la especialidad, también perteneciente a Tintín, se iba a batir; la expectativa estaba en saber por cuánto y, algo improbable, quién sería el protagonista del dispendio.

Un interrogante secundario, si se compara con el que ha sacado a la luz esta singular subasta, un misterio tan espeso y oscuro como la tinta china con la que trazó el dibujo Hergé. El enigma del camino que ha seguido la obra durante estos ochenta y cuatro años que ha permanecido escondida, ha salpicado a otros protagonistas secundarios, pero de voracidad inagotable. Por un lado, la casa de subastas, que mantiene una versión catalogada improbable por algunos expertos, por otro Casterman, la editorial de los libros de Tintín, por un tercero Nick Rodwell, marido de Fanny Vlamunck, viuda de Hergé, y timonel implacable de la Fundación Moulinsart, propietaria de los derechos generados por el héroe del tupé.

EL ENIGMA DE UNA OBRA MUY RARA

Incluida en la subasta El universo del creador de Tintín, en la que se han vendido más de 100 lotes de obras de Hergé, la portada original de El Loto azul está considerada una obra única. En muy buen estado de conservación, excepto por los seis dobleces que tal vez tengan un importante papel en el futuro, se trata de una rareza en la producción de Remi, en la que son escasísimos los dibujos a color.

Esta particularidad es, según explica Artcurial, una característica clave en la historia de una ilustración que, desde antes de batir el récord mundial, está rodeada de enigmas y disputas. Los comunicados de la casa de subastas de los Campos Elíseos han señalado una y otra vez que cuando Hergé la entregó para ilustrar la portada de la primera edición del álbum, en 1936, la editorial Casterman la desechó por ser en la época muy costosa la producción a todo color. El ilustrador belga hizo otra, la que todos conocemos, y regaló aquel dibujo original al hijo del editor, Jean-Paul Casterman, que entonces tenía siete años, quien la dobló olvidándola en un cajón.

La historia se la contó en los 90 el propio Jean-Paul a Éric Leroy, experto en comic de Artcurial, quien intentó que la vendiera, algo a lo que se negó Casterman, pues "la tenía mucho cariño". Muerto el editor, sus herederos la han sacado a subasta. Muchos dudan de su veracidad. Entre ellos, Philippe Goddin, autoridad mundial en la obra de Hergé. En su opinión, la historia "es una hermosa fábula, pero solo es una fábula".

Sus investigaciones han permitido reconstruir los primeros pasos del dibujo, justo hasta que cayó en las manos de la editorial. Desmontan la versión de la casa de subastas. Estamos en febrero de 1936 y las prisas por publicar el álbum para Semana Santa, tradicional fecha de regalos a los niños en Bélgica, obligan a Hergé a dibujar a toda prisa la portada, lo único que faltaba para entrar en máquinas. La envía por correo ordinario a la sede de Casterman, en Tournai. Lo hace en una carta, a la que grapa la ilustración, que dobla en seis partes para poder meterla en el sobre. Goddin asegura que ha visto en aquella carta los pequeños agujeros de la grapa, agujeros que se corresponden con otros que también tiene el dibujo.

Casterman se desentiende de la subasta. En un comunicado señala que ha sido por la prensa por la que se han enterado de la subasta y que "nada tienen que ver con la venta de un original salido de una colección particular", añadiendo que, como editor de las obras completas del creador de Tintín y patrocinador del Museo Hergé de Louvain-la-Neuve, espera que se consiga un acuerdo, para que esta pieza excepcional encuentre su sitio adecuado en las colecciones de dicho museo.

EL CARCELERO DE TINTÍN

Aquí entra en escena Rodwell. Bautizado como el 'carcelero de Tintín', ha sido merecedor del título de 'personaje menos popular de Bélgica' y galardonado en el Festival del Comic de Angulema, el más importante del mundo, con el 'Premio a la maldad', por su controvertida gestión al frente de la Fundación Moulinsart. A propósito de la subasta, en una reciente entrevista concedida a Paris Match, ha subrayado rotundo: "Estoy convencido de que este dibujo le fue robado a Hergé por la familia Casterman".

Expertos en el mundo de la edición creen que el camino que ha seguido el dibujo original de Hergé más tiene que ver con el tradicional 'olvido' que sufren las editoras a la hora de devolver a los autores los originales de sus publicaciones. Los llamados 'originales no recuperados' han sido algo muy frecuente en libros, semanarios y periódicos, alimentando el mercado de ilustraciones originales de segunda mano hasta la generalización de los envíos de originales vía telemática.

Volviendo a la portada de El Loto azul, nada ha trascendido sobre el nuevo propietario de la acuarela de Hergé, aunque se barajan nombres como los de Benjamin Rothschild, reconocido coleccionista tintinófilo, el de cierto caprichoso empresario chino o George Lucas, en su cacería de obras para nutrir el museo de la ilustración que tanto sueña.

En la lista no aparece Nick Rodwell, tampoco se sabe si a través de la Fundacion Moulinsart emprenderá algún tipo de acción legal para anular la subasta y apoderarse del dibujo de Hergé. Parece poco probable, dadas las imprecisas circunstancias del caso. Tendrá que conformarse con seguir embolsándose los derechos de autor de la obra de Tintín, por supuesto con los generados por El Loto azul que, después del revuelo levantado por su récord mundial, aumentará el número de sus hasta ahora 255 millones de copias vendidas. Y así, hasta el próximo récord que alcance otra historieta que, nadie lo duda, volverá a protagonizar Tintín.

EL CULTURAL.

 

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