Si los cables submarinos resultan dañados, Internet se caería en todo el mundo por tiempo indefinido.
Cada 11 años, el Sol explota. Literalmente estalla. A esta erupción de energía se le conoce como tormenta solar. Si no fuera por el campo magnético de la Tierra, terminaría con todas las formas de vida existentes sobre la faz del planeta: su fuerza e intensidad varían, pero de cualquier forma serían devastadoras sin este escudo natural. A pesar de que estas tormentas no son nocivas para la vida, sí tienen repercusiones en la vida diaria de las personas. Una de ellas, quizá la más preocupante en la actualidad, es un bloqueo total al acceso de internet.
Con toda la fuerza del Sol
En el pasado, tormentas solares poderosas han intervenido los sistemas de navegación GPS, el telégrafo y otros derivados de la tecnología eléctrica. Estas llamaradas de energía emiten concentraciones potentes de electrones, que se entrometen con el funcionamiento de satélites, torres de control y, más recientemente, con el funcionamiento correcto del internet.
Tras el impacto de una tormenta solar especialmente intensa, estima un estudio reciente de University of California en Estados Unidos, podría producirse una ‘catástrofe de internet’, sin una duración definida. Restablecer las redes de conectividad dependerá de la fuerza con la que la tormenta solar llegue a nuestro planeta, ya que podría descomponer los cables submarinos que proveen este servicio.
Según la autora principal del estudio, la científica computacional Sangeetha Abdu Jyothi, un matiz más grave acompaña este problema: no sabemos cuándo sucederá con exactitud. Por esta razón, es casi imposible prepararse para recibir un golpe tecnológico similar. Lo que es una certeza es que los efectos se apreciarán a nivel local y potencialmente regional, según la investigación publicada por la universidad.
Sin Internet (y sin alternativas)
Es cierto: dependemos del internet para llevar a cabo la mayor parte de nuestras actividades cotidianas. A pesar de que parece, en ocasiones, un sistema perfectamente establecido, sólido y sin porosidades, es una realidad que está a merced de la fuerza del sol. Si bien es cierto que las tormentas solares no son nocivas para la salud humana, es una realidad que sí lo son para nuestras redes de comunicación más importantes.
Redes sociales, trabajo, obligaciones académicas: en tiempos de COVID-19, todos estos ejes de vida podrían venirse abajo con la interrupción del internet por una tormenta solar.
Así como los cables submarinos quedarían sin funcionamiento, una tormenta solar provocaría que los sistemas de posicionamiento se deshabilitaran. Lo mismo sucedería con los satélites, y otros dispositivos que serían impactadnos por los electrones.
A pesar de esto, la experta está segura de que estos eventos astrofísicos con tal severidad son extremadamente raros. Aún así, no hacer nada al respecto en materia de prevención podría generar una crisis de comunicación real, que dejaría aisladas a muchas personas en el mundo, sin poder hacer nada al respecto.
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