El futbol no se mantiene ajeno a los problemas sociales que se viven en Sudamérica, y en específico en Chile, donde debido a los problemas que atraviesa este país, su seleccionado nacional de futbol ha desistido de jugar el partido amistoso programado para el martes 19 de noviembre ante Perú, esto dentro de la actividad de la Fecha FIFA.
A través de un comunicado difundido por la Federación de Futbol de Chile y por los seleccionados chilenos en sus redes sociales, se dio a conocer que debido a los momentos que se viven en el país andino y que "existen prioridades más importantes", han decidido no trasladarse a Lima, donde tendría lugar en amistoso ante los peruanos, por lo que el técnico Reinaldo Rueda liberó a los convocados, quienes quedan a disposición de sus respectivos clubes.
Esta decisión fue tomada por el plantel de jugadores, por lo que la Federación chilena y el cuerpo técnico solo tuvieron que acatarla. Sin embargo, en la Federación Peruana con cayó nada bien está postura, incluso el director deportivo Juan Carlos Oblitas declaró a un medio local su molestia calificando el acto de "inconcebible".
Estamos reunidos con el presidente, para definir este tema. Inclusive, Chile nos adelantó el viaje para el viernes. Dos días antes iban a venir a Lima, ahora avisan que son los jugadores lo que no quieren venir. Eso nos ha dejado descuadrados. Nos descuadra la parte deportiva y la parte legal (...) Lógicamente nos ocasiona un malestar. Primero, nos avisan que adelantarán su viaje. Nosotros ya conseguimos la cancha de entrenamiento. Es inconcebible, no entendemos nada”, declaró el exjugador al Diario Depor.
El futbol mexicano también se ha visto involucrado con lo que sucede en Chile, ya que el fin de semana pasado, el jugador del León, Jean Meneses, festejó un gol mostrando una playera con la bandera chilena y la leyenda "Chile despertó. No estamos en guerra", situación que a palabras del jugador le generó una sanción por parte de la Liga MX, aunque no se hizo publica en el reporte disciplinario.
Asimismo, la final de la Copa Libertadores programada para el sábado 23 de noviembre en Santiago de Chile, donde se enfrentarán River Plate y Flamengo, fue cambiada de sede al estadio de Lima, en Perú, también provocado por la inestabilidad que vive la ciudad y las pocas garantías de seguridad que podría ofrecer.
