Japón protagonizó una increíble remontada para sorprender a Alemania en su estreno en el Mundial, después de que los tetracampeones protagonizaran una enérgica protesta contra la negativa de la FIFA a permitir los brazaletes con la temática del arcoiris.
Los preparativos del partido del Grupo E entre Alemania y Japón en Doha estuvieron dominados por la intensa especulación sobre si el capitán alemán Manuel Neuer llevaría el brazalete "OneLove", considerado como una protesta simbólica contra las leyes del Estado del Golfo, donde la homosexualidad es ilegal.
Alemania llegó a la Copa del Mundo desesperada por evitar la humillación de 2018, cuando como defensora del título sufrió su primera eliminación desde 1938. Los hombres de Hansi Flick iban a conseguir una victoria inicial cuando Ilkay Gundogan les adelantó desde el punto de penalti en el minuto 33.
Sin embargo, luego pagaron el precio de las ocasiones perdidas, ya que los Samuráis Azules empataron por medio de Ritsu Doan en el minuto 75. Su compañero suplente Takuma Asano -que, al igual que Doan, juega en la Bundesliga- completó un notable cambio de rumbo ocho minutos más tarde, rematando el balón a la red para dar a Japón una famosa victoria por 2-1.
Sin embargo, al finalizar el partido, el capitán Ilkay Gundogan dio una declaración que puede ser tomada como la razón por la que Alemania perdió ante Japón: “En el segundo tiempo sentí que no todos mis compañeros querían el balón".