Foto: Cortesía

Deportes

Santiago Ormeño, de pensar en el retiro a soñar con jugar un Mundial

Pocos pueden presumir haber tenido un 2020 tan positivo como Santiago Ormeño. En un año tristemente marcado por la pandemia de la COVID-19, el delantero del Puebla mexicano convirtió la adversidad en puro combustible.

Porque era ahora o nunca. En enero perdió a su abuelo, el legendario arquero peruano Walter Ormeño. Santiago, en ese entonces con 25 años, no había tenido mucha actividad en la cancha, más allá de algunos partidos de Copa MX.

“Pasó por mi cabeza algunas veces el retiro y rendirme. Pero con el apoyo de mi familia y mi mentalidad que no me lo permitió, seguí. Y después de tanto tiempo se dieron las cosas”, comenta contento en una entrevista exclusiva con FIFA.com.

Fue en marzo cuando todo comenzó a cambiar. Cuando México se encerró para evitar la proliferación de la COVID-19, la Liga MX organizó un torneo de FIFA 20. Cada equipo tenía que escoger a uno de sus jugadores profesionales de campo para la competición virtual. Y Puebla eligió a Ormeño.

Por su carisma y buenos resultados en las consolas, el artillero se volvió muy popular entre los aficionados. Y cuando la pelota volvió a rodar, aprovechó de gran manera la oportunidad que le dieron y contestó con, hasta ahora, cuatro goles en siete partidos.

Movilidad en el área, potencia física, remate de media distancia... Santiago Ormeño se ha destacado como un centro delantero muy versátil y con mentalidad fría para definir.

“Nunca me imaginé que pudiera darse de esta manera. Pero yo siempre me vi vencedor; siempre confié en que podía lograr mis sueños. Y eso a pesar de que muchos pensaban que ya se me había ido el tren, que ya difícilmente iba a lograr jugar, consolidarme… Fue de una manera muy rara, siendo un caso único, pero lo estoy disfrutando mucho por lo costoso que ha sido”.

Santiago Ormeño, en corto

Nació el 4 de febrero de 1994, en la Ciudad de México, México
Mide 1.86 metros y pesa 81 kg
Debutó en 2018 en un partido de Copa MX frente al Venados FC
Escucha música electronica, todo tipo de música comercial y reggaeton
Si no hubiera sido futbolista, hubiera sido arquitecto

Su abuelo, un pilar en su formación

A pesar de que su abuelo fue un destacado guardameta, Walter no cayó en la tentación de convertir a su nieto en portero. "Casi todo lo que sé lo aprendi de mi abuelo. Fue la persona, junto con mis papás, que me impulsó a buscar el sueño de ser futbolista y a trabajar por él. Desafortunadamente no le tocó verme lograr esto, pero sé que está contento dondequiera que esté”.

"Desde chiquito jugué fútbol y él vio que tenía condiciones para ser futbolista. Tenía condiciones interesantes con los pies y él supo que iba a ser delantero o enganche. Trabajó mi pierna inhábil y me fui cultivando para ser lo que hoy soy".

Ahora el siguiente paso natural es vestir una camiseta nacional. Porque en el caso de Ormeño es una disyuntiva con dos caminos: México o Perú. "Nací en México y aquí hice mi vida. Por otro lado, Perú es el país de mis orígenes familiares y al que también le tengo un gran cariño; lo relaciono mucho con mi abuelo, que es mi ídolo".

"Yo no he tenido ningún acercamiento con ninguna de las dos selecciones. Me han dicho cosas, he escuchado. Pero algo formal no. Me la llevo tranquilo, no quiero ni ilusionarme ni imaginarme cosas de más".

Lo que sí es único, es el sueño de estar en la Copa Mundial de la FIFA™. “Todo ha sido muy rápido. Si me lo dices hace tres meses, yo no creería que pudiera llegar a una selección. Yo trabajo día a día para mantener mi nivel y sé que las cosas vendrán solas. Pero sí es un sueño y una meta jugar un Mundial”.

La historia del apellido Ormeño está lista para ser continuada. Y en el cielo sonríen. Walter Ormeño ya no está para seguir aconsejando a su nieto: ahora solo le queda disfrutar, como a muchos aficionados, de un delantero que por fin ha comenzado su romance con el gol.

 

Temas relacionados: