El comediante Brincos Dieras sorprendió al revelar que durante un año completo trabajó haciendo shows para un grupo de narcotraficantes. En entrevista con Adela Micha, contó que cada semana recibía llamadas para presentarse en fiestas privadas del mismo grupo.
Aunque al principio el miedo lo dominaba, decidió aceptar por necesidad y compromiso con su trabajo. “Me hablaban y me decían: ‘Véngase, aquí lo esperamos’”, relató entre risas nerviosas.
Desde la primera vez, notó que el ambiente era completamente distinto a cualquier presentación normal: todos estaban armados y el humor debía adaptarse a lo que pedía “el jefe”.
Humor bajo presión
Brincos Dieras explicó que el grupo le entregaba una lista con los nombres de las personas a las que podía hacer bromas. “El jefe decía: ‘Madreate a este’, y así lo hacía, porque ahí lo que decía el jefe era ley”, contó.
Una de las anécdotas más impactantes fue cuando un hombre sacó una pistola en pleno show después de una broma. “Me apuntó y me dijo: ‘¡Ya, güey, el que sigue!’, así que le agarré la pistola del pico, me la puse en la espalda y me puse a bailar. Desde ahí, todos me respetaron.”
El comediante dijo que ese momento marcó un antes y un después: “Ahí me gané su respeto, después de eso me veían como un dios.”
Del miedo a la rutina
Con el paso del tiempo, Brincos Dieras admitió que se acostumbró al ambiente. “Al principio me daba miedo, pero luego agarré confianza. Ya los conocía.”
Además, reconoció que las propinas eran generosas y que el dinero le permitió construir su casa. “Les decía a los míos: ‘Vamos a aprovechar porque el dinero se va rápido’.”
Finalmente, el comediante contó cómo terminó esa etapa: las llamadas dejaron de llegar cuando el grupo empezó a tener conflictos internos. “La última vez que fui ya solo quedaban cinco. Ese grupo ya no existe.”












