El narcotúnel hallado en Mexicali, Baja California, el 3 de agosto por elementos del Ejército y la Guardia Estatal de Seguridad e Investigación (GESI) ya contaba con aditamentos para cruzar drogas presuntamente a Estados Unidos y era construido por albañiles víctimas de trata.
De acuerdo a las primeras investigaciones, el pasadizo tenía al menos 10 metros de construcción, pero sin salida y se presumía que su salida estaría a un costado de una plaza comercial en Calexico, California.
El túnel tenía una especie de montacargas y en el acceso al subterráneo había una plataforma de metal adaptada a unos rieles.
Asimismo había iluminación en todo el pasadizo para que los albañiles pudieran continuar con la construcción.
El lugar fue hallado en una casa de la Calle 13, colonia Santa Clara, donde cinco albañiles fueron detenidos inicialmente, pero de acuerdo a las entrevistas con ellos, resultaron ser víctimas de trata.
De acuerdo a la carpeta de investigación 1965/21, de la Fiscalía General de la República (FGR, los albañiles eran originarios de Guerrero y fueron traídos con engaño a Baja California pues les dijeron que serían contratados para construir una vivienda.
Al llegar a Mexicali, varios hombres armados los llevaron al inmueble en donde los obligaron a construir el túnel a cambio de no matarlos. Hasta ahora se desconoce a qué organización delictiva pudiera pertenecer el túnel.