Por: Cortesía

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Asesinato del alcalde de Chilpancingo: un acto de terror que conmociona

El asesinato del alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos Catalán, ha causado consternación en todo México. Solo unos días antes de su muerte, Arcos lamentaba el homicidio de su mano derecha y secretario general del Ayuntamiento, Francisco Gonzalo Tapia.

Demandas de seguridad tras el crimen

En una entrevista, el presidente municipal exigió mayor seguridad para cumplir sus funciones y solicitó apoyo al Gobierno de Guerrero para garantizar la gobernabilidad en el estado. Sin embargo, Arcos Catalán fue encontrado decapitado, menos de una semana después de asumir el cargo, evidenciando la creciente violencia en la región.

Análisis del crimen y reacciones políticas

La presidenta Claudia Sheinbaum indicó que se analizará la posibilidad de que la Fiscalía General de la República atraiga las investigaciones del caso. La oposición ha calificado este crimen como un “acto terrorista”, y el líder del PRI, Alejandro Alito Moreno, afirmó que esto sobrepasa todos los límites de la seguridad pública.

Un contexto de violencia creciente en Guerrero

El crimen organizado ha intensificado su presión sobre las autoridades electas en Guerrero. Ulises Hernández, un capitán del Ejército, fue asesinado semanas antes, marcando un patrón alarmante de violencia política. Durante el último fin de semana, se registraron al menos 16 asesinatos en el estado, lo que refleja la crisis de seguridad que enfrenta la población.

Compromiso de justicia y acciones gubernamentales

La gobernadora Evelyn Salgado condenó enérgicamente el asesinato y prometió llevar a los responsables ante la justicia. A pesar de sus esfuerzos, la impunidad en Guerrero sigue siendo alta, con más de 1,268 investigaciones por homicidio en lo que va del año, y un índice de impunidad que ronda el 99%.

Llamado a la acción y solidaridad comunitaria

Ante esta crisis, el obispo de Chilpancingo, José de Jesús González Hernández, ha instado a la comunidad a unirse en oración y ayuno. La violencia ha dejado una huella profunda en Guerrero, donde los ciudadanos claman por paz y justicia en un estado marcado por la barbarie del crimen organizado.