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Ataque feroz en Tláhuac deja a una madre gravemente herida y exige justicia

Lo que pintaba como una tarde tranquila para Ana Karen Fuentes, vecina de la colonia Miguel Hidalgo en Tláhuac, terminó convirtiéndose en una pesadilla que todavía no logra superar.

El pasado 1 de noviembre, mientras se preparaba para salir a pedir calaverita con su hijo después de una jornada laboral en la Central de Abastos, tres perros pitbull que vivían en el mismo predio se le abalanzaron encima. En cuestión de segundos, la situación se volvió incontrolable y su vida dio un giro drástico.

El ataque quedó grabado en una cámara de seguridad, imágenes que muestran el momento en que Ana Karen cae al suelo mientras los perros la muerden sin parar. Se escucha su desesperado “¡ayúdenme, ayúdenme!”, que retrata perfectamente el terror que vivió durante esos minutos. Según relató, los pitbull primero fueron contra su hijo, y ella se interpuso para protegerlo.

Tres minutos que cambiaron su vida por completo

Ana Karen estuvo sometida por los canes durante alrededor de tres minutos, un tiempo eterno cuando se trata de sobrevivir. Fueron dos vecinas quienes finalmente lograron intervenir y hacer que los perros la soltaran. El daño ya estaba hecho: terminó con un brazo y una pierna destrozados, lesiones que no solo la han dejado con secuelas físicas, sino que además la mantienen en silla de ruedas y sin poder trabajar.

Ella misma confesó que “nunca había sentido tanto miedo en su vida”, y no es para menos. Tras el ataque, su día a día se volvió una lucha constante para recuperarse, enfrentar el dolor y sacar fuerza para seguir adelante por su hijo.

Exige responsabilidad y un proceso justo

Hoy, Ana Karen busca algo muy básico: que los dueños de los perros se hagan responsables. No solo por lo que ella vivió, sino también por el riesgo que representaba mantener a tres perros sin correa dentro del mismo predio. El caso ha generado indignación entre vecinos y usuarios en redes, sobre todo después de que se difundiera el video que evidencia la gravedad de la agresión.

Más allá del susto, Ana Karen enfrenta un impacto económico, físico y emocional que marcará su vida durante mucho tiempo. Y en medio de todo eso, solo pide justicia y que nadie más tenga que pasar por algo similar.