El domingo por la noche en Villaflores, Chiapas, la calma se rompió y el panorama se llenó de incertidumbre.
Habitantes reportaron la presencia de grupos armados, detonaciones y vehículos incendiados, provocando miedo y el inmediato despliegue de fuerzas estatales y federales. La situación se concentró principalmente en el ejido Nuevo México, donde tres vehículos –un torton, una pickup y un sedán– fueron quemados de manera deliberada.
La información no tardó en expandirse entre comunidades vecinas como Cárdenas, José María Garza, Guadalupe Victoria y Cristóbal Obregón, desde donde también se advirtió el paso de convoyes con sujetos armados. Frente a ese panorama, muchas familias decidieron quedarse dentro de sus casas, temiendo que los hechos escalaran aún más. No era una noche cualquiera, sino una que terminó envuelta en incertidumbre, preocupación y vigilancia.
Autoridades confirman violencia, pero sin lesionados
Luego de los reportes ciudadanos, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSyPC) emitió un comunicado oficial confirmando los hechos, aunque destacó algo que trajo cierto alivio: hasta ese momento no se habían registrado personas lesionadas ni agresiones directas a la población civil. También aclaró que las vías de comunicación permanecieron abiertas, aunque bajo supervisión.
Las autoridades insistieron en pedir calma a los habitantes y evitar la propagación de rumores, pues cualquier información falsa solo incrementaría el miedo. Mientras tanto, el ambiente siguió tenso pero vigilado, con patrullajes constantes e inspecciones estratégicas para evitar nuevos episodios.
Operativo permanente y búsqueda de responsables
Para recuperar la tranquilidad del municipio, se activó un operativo reforzado con la participación de Guardia Estatal Preventiva, la FGE, Sedena y Guardia Nacional. Se colocaron puntos de revisión en accesos y se mantuvieron rondines para evitar nuevos brotes de violencia.
Las investigaciones siguen abiertas para dar con quienes iniciaron los incendios y movilizaron estos grupos armados. El gobierno estatal afirmó que la vigilancia será permanente hasta que la región recupere estabilidad total. Mientras tanto, se pidió a la población mantenerse informada solo por canales oficiales y reportar cualquier actividad sospechosa.
Villaflores vivió una noche pesada, pero también una reacción inmediata que busca devolverle la calma a un municipio que hoy mira con atención cada movimiento.
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