La desaparición de cuatro operadores de transporte de carga en Matías Romero, Oaxaca, ha sacudido a todo el Istmo de Tehuantepec y encendido las alarmas entre familias, colectivos y autoridades.
Los conductores ―quienes viajaban desde Reynosa, Tamaulipas― se esfumaron el 20 de noviembre, justo después de reportar que habían pasado por un retén militar, uno de los últimos puntos donde se tuvo rastro de ellos.
La Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO) confirmó que mantiene abiertas dos denuncias formales por la desaparición de Aldher Francisco Moreno Hernández y Fernando Castro Morales, quienes fueron los primeros en perder comunicación. Ambos habían avisado por teléfono que ya estaban en la región antes de desaparecer por completo.
Aunque solo hay dos carpetas de investigación, también se busca a Juan José Pérez Hernández y Andrés Eloy Ramos Ceja, cuyos casos están documentados en fichas de búsqueda difundidas por la Comisión Estatal de Personas Desaparecidas.
El misterio del retén y las pipas que “desaparecieron”
Colectivos como “Amor por los Desaparecidos” han confirmado que los cuatro traileros mencionaron haber pasado por un retén militar en Matías Romero antes de que todo se volviera silencio. Y ahí empieza lo más inquietante: las pipas tampoco aparecen.
Según el vocero del colectivo, existe incluso un video donde se ven las unidades, pero cuando la fiscalía llegó para asegurarlas, ya no estaban. Nada. Ni rastro.
El fiscal estatal, Bernardo Rodríguez Alamilla, reconoció que no ha habido llamadas de rescate ni exigencias económicas, lo que complica definir de inmediato el móvil. También señaló que se investiga si los operadores transportaban hidrocarburo y qué rutas debían seguir, porque ni siquiera eso ha quedado totalmente claro.
La fiscalía también explicó que la falta de denuncias presenciales ―sobre todo de las familias que siguen en Reynosa y no pueden viajar― retrasa la activación completa de los protocolos de búsqueda, aunque colectivos siguen presionando para que la búsqueda no se frene.
Búsquedas, análisis y familias divididas entre dos estados
Tras iniciarse las denuncias, la FGEO activó análisis de telefonía, revisión de carreteras, rastreo de cámaras y coordinación con fiscalías de los 31 estados. La línea principal es determinar si los cuatro casos están conectados, ya que ocurrieron el mismo día y en el mismo tramo.
Las familias, que ahora están divididas entre Reynosa y Oaxaca, exigen información clara para reconstruir qué pasó después del último contacto. También solicitaron apoyo de la Sedena y la Guardia Nacional, pues todo apunta a que el retén militar es la última pista sólida.
Por ahora, lo único seguro es que el caso sigue abierto, las pipas siguen desaparecidas y las familias no piensan bajar la voz hasta saber qué ocurrió con los cuatro operadores.
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