Cuando se difundió la detención de Edgar “N”, alias “El Limones”, todo apuntaba a que el caso no terminaría ahí.
Y sí: la Unidad de Inteligencia Financiera entró de lleno y bloqueó las cuentas de personas cercanas al operador, quien estaba vinculado con una célula delictiva ligada a Los Cabrera en la región Laguna. La idea era frenar de inmediato el flujo de dinero que alimentaba extorsiones, fraudes y operaciones sospechosas en varios estados.
Lo interesante es que la investigación no solo se quedó en individuos: también se detectaron empresas con giros inmobiliarios, de ingeniería y servicios integrales que tenían movimientos rarísimos, muy lejos de lo que sería una actividad económica normal. Todo indicaba que funcionaban como empresas fachada, simulando pagos de nómina, transfiriendo efectivo en partes y justificando compras de vehículos de lujo sin rastros contables reales. Básicamente, una red diseñada para esconder dinero y moverlo sin levantar sospechas… hasta ahora.
Patrones financieros irregulares que terminaron por hundir a la red
Según la Secretaría de Hacienda, los bloqueos se hicieron para proteger a víctimas de extorsión y fraude, pero también para blindar el sistema bancario nacional ante operaciones que buscaban pasar inadvertidas. El patrón se repetía: transferencias fraccionadas, pagos en efectivo, compras que no cuadraban y movimientos sin fundamento económico.
La UIF conectó los puntos a partir de la detención de “El Limones”, quien era señalado como jefe de plaza y operador financiero, lo que explicaba por qué el flujo de recursos era constante y sofisticado. Estas anomalías ayudaron a reconstruir el mapa completo de la red financiera que operaba detrás de la organización criminal.
Un golpe anunciado: la importancia de la detención para la seguridad nacional
La caída de Edgar “N” fue anunciada por Omar García Harfuch, titular de la SSPC, quien señaló que esta captura es un golpe directo a las estructuras de extorsión vinculadas al grupo Los Cabrera. Además, destacó que la acción se alinea con la Estrategia Nacional contra la Extorsión, impulsada por el gobierno federal.
Con la detención y ahora el bloqueo de cuentas, el mensaje es claro: la red financiera que sostenía a este grupo quedó debilitada. No es el final, pero sí un paso firme para cortar el flujo económico que alimenta actividades delictivas en la zona.













