Entre el 1 de enero y el 31 de julio de 2024, Guanajuato registró 1,432 homicidios dolosos, de los cuales el 83% fueron cometidos con armas de fuego.
Además, en este periodo se documentaron 11,872 delitos relacionados con el narcomenudeo. La persistente inseguridad en la región se atribuye en gran medida a la influencia de grupos del crimen organizado, como el Cártel de Santa Rosa de Lima (CSRL) y el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Durante la conferencia matutina del 3 de septiembre, la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez Velázquez, destacó el complejo panorama de violencia en Guanajuato, a pesar de los avances económicos en el estado, gobernado por Diego Sinhue Rodríguez Vallejo.
Rodríguez Velázquez señaló que, a lo largo de las siete administraciones desde 1991, se ha priorizado la acumulación de capital en el corredor industrial, lo que ha dejado rezagos en áreas como la educación, salud, vivienda y condiciones laborales, contribuyendo al clima de violencia.
Guanajuato, a pesar de ser la quinta economía del país y líder en captación de remesas, enfrenta una grave concentración de riqueza en pocos sectores, lo que limita su impacto positivo en la calidad de vida de la población. Además, su ubicación estratégica en la logística del transporte de hidrocarburos ha generado una violenta disputa entre cárteles.
Entre 2000 y 2018, el incremento en el robo de combustible, especialmente en el poliducto Salamanca-León y la refinería de Salamanca, fue controlado por el CSRL bajo el mando de José Antonio Yépez Ortiz, 'El Marro'. Este auge del huachicoleo, junto con la incursión del CJNG a partir de 2014, escaló la violencia a niveles críticos, especialmente en 2020, cuando se registraron 5,370 homicidios dolosos.
Pese al despliegue de Fuerzas Armadas y Guardia Nacional en 2022, la lucha por el control del huachicoleo, la extorsión y el narcomenudeo sigue alimentando la violencia en el estado.