Eran cerca de las 21:00 horas del domingo cuando, en la colonia Emiliano Zapata, municipio de Zinapécuaro, se realizaban peleas de gallos en la propiedad conocida como rancho El Paraíso.
El sitio está ubicado sobre la carretera Zinapécuaro-Acámbaro, a la altura de Las Tinajas.
Hasta ese punto llegó un grupo de hombres armados sin ser detectados. La Fiscalía de Michoacán informó que estaban ocultos en un camión comercial de una empresa de frituras.
La unidad había sido robada con violencia el pasado 24 de marzo en la comunidad El Salitre Labrador, Estado de México.
Los agresores provenían, se infiere, de la zona de Los Azufres, que controla el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Poco después, cerca de las 22:30 horas, la Fiscalía General de Michoacán y los cuerpos de seguridad estatales eran alertados de un ataque a tiros.
El reporte decía que un grupo armado irrumpió en un lugar de apuestas y abrió fuego contra los asistentes. El lugar de los hechos era el rancho El Paraíso.
Los vecinos calculan que la ofensiva criminal duró entre 10 y 12 minutos, lo que para ellos, aseguran, fue una eternidad.
Autoridades de seguridad dijeron que estos lugares y eventos son controlados por los grupos del crimen organizado, en este caso La Familia Michoacana.
La Fiscalía General de Michoacán informó que el ataque dejó 20 muertos —17 hombres y tres mujeres— y cuatro lesionados.
La fiscalía informó que 10 de los fallecidos ya habían sido identificados. En el lugar se recolectaron más de 100 casquillos percutidos calibre 7.62, .223, una granada calibre .40 y se aseguraron 15 vehículos.
“Es horrible”
Los momentos de la masacre en el palenque fueron narrados en video por una habitante de ese municipio, que estaba cerca de la escena del crimen.
En la grabación, además del estruendo de los fusiles de asalto, de los gritos de las personas y de la movilización de los criminales, se escucha el terror de la pobladora.
“¡Ay Dios mío, Dios mío, hay una balacera! Está en salida a Acámbaro, arriba de El Pirul, para que nadie venga para acá. ¡Hay una balacera aquí, donde hacen los bailes. Es horrible. Es horrible, horrible, horrible!”, alerta.
La testigo relata cómo varios vehículos se quedan varados ante los disparos, incluyendo un autobús con pasajeros.
“¡Ay, Dios mío! La gente se bajó de carros y no saben a dónde ganar. ¡Ay, padre santo, padre santo! Ahí va un taxi y la gente se está bajando y un autobús se va a regresar”, describe la mujer.
“Se escuchan muchos gritos, mucho escándalo, muchos insultos. ¡Ay, Dios mío!, mucha gente le está corriendo; ¡ay, Dios mío!, aún no terminan los enfrentamientos”, detalla.
“El gobierno ya no está sometido”
El gobernador Alfredo Ramírez Bedolla dijo que lo ocurrido en Zinapécuaro “tiene que ver también porque estamos rompiendo con inercias del pasado y estamos viendo reacciones violentas, precisamente por grupos de la delincuencia organizada”.
Afirmó que su gobierno ha cortado de tajo cualquier pacto con delincuentes y que eso ya no se da en Michoacán.
“Hoy tenemos un gobierno que tiene rumbo y que no está sometido a ningún grupo de la delincuencia, ni tampoco a ningún grupo social”, enfatizó.
Ramírez Bedolla aseguró que no hay ningún acuerdo oscuro de las autoridades estatales, ni debajo de la mesa, con ninguna asociación delictuosa. Aseguró que hay operativos diarios y toda una estrategia echada a andar.
“Cuesta trabajo, tiempo, que comience a dar algunos resultados, pero estoy seguro que vamos en ruta correcta”, agregó.