María fue raptada por integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en Aguililla, Michoacán, donde la obligaron a ver la tortura y muerte de su hijo de 20 años.
Según contó la madre a la Vanguardia, fue el 02 de junio del 2021, fecha que jamás olvidará, cuando su hijo Víctor gritaba desesperado al ser sacado por la fuerza de su vivienda a manos de cuatro integrantes de la célula criminal.
Sin pensarlo, la mujer pidió a los raptores que lo soltaran, pero estos la tomaron violentamente y le fracturaron la nariz para después trasladarla con su hijo hacia un paraje despoblado de Aguililla.
“Un hombre me agarró de mi trenza y como no quería cooperar para caminar, me arrastraron, a él se lo llevaron en un carro y a mí a otro, pero como no quería subirme me pegaron tres patadas, una fallaron, y con la otra me quebraron la nariz”, narró.
En el lugar, los criminales los golpearon con garrotes mientras les preguntaban por personas que la mujer dijo desconocían.
Además, María fue testigo de cómo los hombres desalmados le echaron ácido y abusaron sexualmente de Víctor, mientras él le ofrecía perdón y le pedía ayuda, entre el llanto y los gritos de dolor; “mamá, perdóname por todo, ya nos van a matar”.
“Me lo quitaron y le echaban ácido en los ojos, lo quemaban, le echaban en el cuerpo, él sentía a morirse, él gritaba mamá defiéndeme y cómo lo defendía, ocho horas nos tuvieron así”, contó la mujer.
En un momento, ambos fueron separados y trasladados en distintos vehículos. A Víctor se lo llevaron y a ella la tiraron en una zanja, pero antes la forzaron a grabar un video en el que agradecía por su liberación a El Mencho, líder de CJNG.
Inmediatamente, la mujer huyó con sus otros dos hijos a Tijuana, donde se encontró con el pastor Alberto Rivera, quien dirige el albergue Ágape.
Luego del infierno en Aguililla, María y sus hijos ingresaron a Estados Unidos siendo recibidos por familiares que viven en San Diego, con quienes esperarán la decisión de un juez que resolverá su estancia en el país vecino.