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Migrantes avanzan por Oaxaca con esperanza y desafíos

Tras caminar casi 23 kilómetros desde Tapanatepec bajo un intenso sol, fueron recibidos en un terreno baldío con un techo de lona, habilitado por autoridades locales. 

Zanatepec, Oaxaca.- Con su bastón en mano y las secuelas de una embolia que le inmovilizó medio cuerpo, Ceredomio Ramírez Ramírez, de 60 años, lleva un año en ruta migratoria. Hoy, junto con 350 personas de diversas nacionalidades, ha llegado a Zanatepec, Oaxaca, como parte de la segunda caravana migrante del año en el estado.

Tras caminar casi 23 kilómetros desde Tapanatepec bajo un intenso sol, fueron recibidos en un terreno baldío con un techo de lona, habilitado por autoridades locales. Integrantes del Grupo Beta del Instituto Nacional de Migración (INM) les proporcionaron agua y víveres.

Ceredomio, arquitecto venezolano, viaja acompañado de hombres, mujeres y menores de países como Argentina, Guatemala, Nicaragua y El Salvador. Con voz ronca por su condición médica y un morral donde guarda sus pertenencias y recuerdos, expresa su determinación de llegar a Oklahoma para trabajar y mejorar su salud.

"No tengo nada en Venezuela, mis hijos ya crecieron y mi familia me despojó de mi hogar. Aquí guardo mis credenciales, recuerdos de mi tierra y cartas de amigos que leo cuando me siento triste", comparte.

Madre salvadoreña lucha por su sueño

Maritza Carolina Escobar, de 31 años, originaria de El Salvador, también avanza a pesar de sus pies hinchados. Dejó atrás a sus tres hijos con la esperanza de construirles una casa.

"No es fácil viajar en estas condiciones. Caminamos como podemos, apenas nos dan comida y dormimos donde se puede. Pero quiero regresar con mi casa hecha".

Aunque la llegada de Donald Trump y la falta de atención de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) generan incertidumbre, Maritza mantiene la esperanza.

Siguiente destino: Niltepec, Oaxaca

Este jueves, la caravana planea avanzar hacia Niltepec, donde en ocasiones previas han sido rechazados por autoridades locales.

Hace un mes, una caravana similar ingresó a Oaxaca y se disolvió al llegar a La Ventosa. La incertidumbre persiste, pero los migrantes siguen su camino en busca de un futuro mejor.