La desaparición y el asesinato de la pequeña Fátima en la Ciudad de México causó conmoción en el país a la par que se revelaba la manera en que falleció. Una tía de Mario Alberto, presunto responsable del feminicidio, fue quien entregó a su sobrino y a Gladis Giovana a las autoridades.
La pareja acusada de matar a Fátima intentó resguardarse con doña Irma Reyes, pero la señora solo interrogó a los imputados del crimen y después dio a conocer su paradero para que elementos de seguridad los detuvieran.
En entrevista para Telediario, la tía de Mario Alberto informó que no quiere la recompensa de 2 millones de pesos que ofreció el gobierno de la Ciudad de México a quien aportara detalles sobre los sujetos buscados.
Irma Reyes destacó que, aunque Mario Alberto fuera su hijo, lo denunciaría, porque quiere que exista justicia por el caso Fátima. La señora resaltó que no quiere que el crimen que cometió su sobrino quede impune y, en su calidad de mujer, exigió justicia por todos los feminicidios del país.
En medio de la conversación, Irma confesó que también fue violada, por lo que no consideraba prudente callar un delito de dicha magnitud y creyó que era su deber entregar a los acusados.
La mujer también fue entrevistada en Radio Fórmula, donde recalcó que no quiere la recompensa a pesar de que el dinero le hace falta. Irma mencionó que no desea lucrar con lo ocurrido, pero pidió apoyo porque vive solo con otra mujer y teme las represalias de la familia de Mario Alberto.
La señora explicó que los allegados a su sobrino conocen dónde radica, por lo que considera que podría estar en peligro. Al igual que en Telediario, Irma Reyes explicó que espera que en el caso Fátima exista ‘justicia divina y de la Tierra’.
Sobre el paradero de los hijos de Mario Alberto y Gladis Giovana, Irma informó que se fueron con Cristina, la esposa del papá del inculpado. Después de la aprehensión de los acusados, varios medios entrevistaron a la tía de Mario Alberto, quien relató cómo llegó su sobrino con su familia a su casa y lo que le dijo.
Irma Reyes explicó que le extrañó la repentina llegada de Mario Alberto, ya que tenía varios años que no lo veía y su hermano (padre del inculpado) había fallecido dos décadas atrás. La tía los recibió creyendo que estaban ahí por los problemas para encontrar trabajo de Mario Alberto, pero las noticias en televisión le hicieron darse cuenta de la realidad.