Seis millones de habitantes de la ciudad china de Zhengzhou, sede de la mayor fábrica de celulares iPhone del mundo, están confinados desde este viernes, tras unos enfrentamientos entre la policía y los trabajadores de esa planta, que reclaman mejoras salariales.
Las autoridades ordenaron que los residentes de ocho distritos de Zhengzhou, en la provincia de Henan (centro), no abandonen la zona durante cinco días y erigieron vallas alrededor de los edificios de viviendas considerados de “alto riesgo”, y puntos de control para restringir los desplazamientos.
En la ciudad no se detectó más que un puñado de casos de coronavirus.
La orden llegó después de que centenares de empleados de la fábrica de iPhones de Foxconn, a las afueras de la ciudad, protestaran para reclamar mejores condiciones salariales. Este viernes, se divulgaron nuevas imágenes de esas marchas.
En un video publicado en redes sociales, que fue geolocalizado por la AFP, se ve a una multitud caminando por una calle del este de la ciudad, algunos con pancartas.
“¡Cuánta gente!”, se escucha decir a un hombre. La AFP no pudo verificar cuándo se celebraron exactamente esas protestas.
Decenas de trabajadores dejaron la fábrica el jueves tras embolsarse una paga de 10.000 yuanes (unos 1.400 dólares). Pero, según unos videos divulgados en las aplicaciones chinas Douyin y Kuaishou, la empresa taiwanesa prohibió ir a trabajar a muchos de los empleados que se unieron recientemente a la compañía.
Muchos de esos nuevos empleados están confinados en hoteles fuera de la planta, según dijeron varios trabajadores a la AFP.
“Estamos haciendo cuarentena en un hotel, y no podemos ir al recinto de Foxconn de ninguna manera”, explicó un empleado, que pidió el anonimato.
Zhengzhou iPhone factory
— Petronilla Husbands (@PetronillaHusb1) November 25, 2022
Chinese police fleeing from workers.
WHAT ON EARTH INHUMANITY IS THIS? pic.twitter.com/yPcdkCt0AK
Clima de malestar
Otro empleado afirmó que a los asalariados que les prohibieron ir a trabajar, les prometieron 10.000 yuanes de compensación por someterse a la cuarentena, pero que solo habían recibido una parte de esa suma.
“No nos dejan empezar a trabajar y no podemos volver a casa, Zhengzhou está confinada”, declaró a la AFP uno de los efectivos que fueron obligados a hacer cuarentena, en la ciudad de Ruzhou, al suroeste de Zhengzhou.
Según él, en otras ciudades de la provincia también se están llevando a cabo protestas, a menor escala, organizadas por empleados descontentos de Foxconn que, como él, no pudieron incorporarse a su nuevo puesto de trabajo por culpa de la cuarentena.
Los disturbios en Zhengzhou se produjeron en un contexto de malestar por la estricta política de “cero covid” del gigante asiático. Esa estrategia, que implica confinamientos a gran escala, restricciones a los viajes y test masivos, ha asestado además un duro golpe a la segunda economía del mundo.
Pese a ello, China, un país de 1.400 millones de habitantes, reportó este viernes 33.000 nuevos casos de covid-19.
En la urbe industrial de Guangzhou, en el sureste, millones de personas se vieron obligadas a presentar un test negativo al covid-19 para poder salir de sus casas.
En esa localidad, varios habitantes del distrito de Haizhu desmantelaron barricadas y arrojaron objetos contra policías, ataviados con trajes de protección, según unos videos publicados en redes sociales y geolocalizados por la AFP.
“¿Qué hacen? ¿Qué hacen?”, grita un policía, equipado con un escudo, mientras trata de protegerse de los proyectiles junto a sus compañeros.