Roma. - A una semana del inicio del cónclave para elegir al próximo Papa, los cardenales mayores de 80 años, aunque sin voto, emergen como figuras clave en las estrategias y alianzas que definirán el futuro de la Iglesia católica. Entre ellos destacan Beniamino Stella y Giovanni Battista Re, quienes promueven la candidatura del cardenal Pietro Parolin y critican severamente el legado reformista del papa Francisco.
Cardenales sin voto, pero con poder de influencia.
Aunque solo los 133 cardenales menores de 80 años tienen derecho a votar, las congregaciones generales previas al cónclave también incluyen a cardenales mayores, conocidos como “kingmakers” o "grandes electores", cuya función es influir, aconsejar y orientar a los votantes más jóvenes.
Estos influyentes prelados aprovechan espacios como cenas, reuniones privadas y debates informales fuera del Vaticano para moldear las decisiones clave.
Beniamino Stella lanza duras críticas al Papa Francisco.
Durante la séptima congregación general, el cardenal Beniamino Stella, de 81 años, sorprendió al pleno al criticar abiertamente al papa Francisco.
Según fuentes vaticanas, Stella acusó al pontífice de romper con la tradición eclesiástica, al permitir que laicos y mujeres ocupen altos cargos de gobierno en la curia romana, como lo establece la constitución apostólica "Praedicate Evangelium" de 2022.
Entre los ejemplos más citados está el nombramiento de Simona Brambilla, primera mujer en la historia en dirigir un Dicasterio.
Parolin, el candidato de la “moderación diplomática”.
Stella es considerado el principal promotor de la candidatura de Pietro Parolin, actual secretario de Estado y favorito en muchas quinielas papales.
Según fuentes internas, la estrategia se basa en presentar a Parolin como una figura de equilibrio, capaz de restaurar el orden tras un papado que “creó desorden y confusión”, en palabras de algunos purpurados.
Apoyos clave: Giovanni Battista Re y Joseph Zen.
Giovanni Battista Re, de 91 años y decano del Colegio Cardenalicio, también respalda a Parolin. Durante las reuniones ha pedido que las intervenciones no superen los cinco minutos, dada la escasez de tiempo para que todos puedan participar.
No obstante, el cardenal Joseph Zen, de 93 años, desobedeció la indicación y habló durante 15 minutos. Su mensaje no fue sobre China —tema que suele abordar con frecuencia— sino para criticar la sinodalidad, una de las grandes apuestas del papa Francisco para una Iglesia más participativa.
Rumbo al cónclave: tensión entre tradición y reforma.
Este cónclave se perfila como uno de los más determinantes de las últimas décadas. Las tensiones entre el ala reformista y la tradicionalista se hacen cada vez más evidentes, mientras los “influencers” del Vaticano mueven sus piezas con sigilo y estrategia para definir el próximo liderazgo espiritual de la Iglesia católica.
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