Un hombre llamado Thurman Gustin, de profesión pescador, dio a conocer en sus redes sociales que este miércoles pudo avistar a dos delfines rosados nadar muy cerca de las costas de Luisiana, Estados Unidos, en lo que consideró como un suceso inusual para él. De acuerdo con la publicación que Gustin realizó en Facebook, pudo observar a los ejemplares nombrados científicamente como "Inia geoffrensis". Estos mamíferos de agua dulce se encuentran en peligro de extinción y en realidad es muy inusual encontrarlos en el Golfo de México, aunque no es la primera vez que se observa a uno en este ambiente. De acuerdo con lo que contó el residente de Houston, los cetáceos se encontraban cerca de la parroquia de Cameron, una de las 64 parroquias de la entidad norteamericana fundada en 1870.
Según la información disponible sobre estos ejemplares, se conocen dos subespecies: Inia geoffrensis geoffrensis e Inia geoffrensis humboldtiana, las cuales se distribuyen por las cuencas del Amazonas, del río Madeira y del Orinoco, respectivamente. Sin embargo, los breves momentos que Thurman Gustin logra grabar a los delfines rosados, son suficientes para sumarse a los archivos existentes que estiman la presencia de más de estos cetáceos en la zona del Golfo de México.
Si bien se desconoce qué delfín es el que avistó el residente de Houston, Texas, no es la primera vez que los ejemplares de nariz de botella albinos son vistos en las costas de Estados Unidos. De hecho, hace bastante tiempo uno de estos preciosos y únicos ejemplares fue bautizado por los lugareños con el apodo de "Pinky", ya que frecuentaba las costas de Luisiana.
¿Cuál es la razón por la que son rosados?
Hasta el momento, los propios expertos de la revista de circulación internacional, "National Geographic", desconocen por qué el color de estos mamíferos de agua dulce es rosado, sin embargo, se cree que podría ser una adaptación a la vida en el río, la temperatura o por la presencia de capilares cerca de la superficie de la piel. La teoría que más se acerca a la realidad es que la coloración rosada la llegan a adquirir con el tiempo debido a un desgaste en su piel. Estos delfines en realidad nacen con un distinguido gris, el cual les dura hasta la juventud. Cuando llegan a la etapa adulta, se tornan rosados como "una consecuencia" de una "erosión" en sus crestas micro dérmicas.
Cabe destacar que, de acuerdo con la publicación índole científica, la mayoría de hembras son grises, lo que deja a los machos con el auténtico color "rosado". A la par, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) señaló que los delfines del río Amazonas también pueden llegar a tener este color debido a las aguas dulces en las que se encuentran, que regularmente es en países de América del Sur, en concreto, en las cuencas de los ríos Amazonas y Orinoco ubicadas en: Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú y Venezuela.
¿Son parientes de los delfines de mar?
Contrario a lo que muchos pensarían, no son cercanos a los ejemplares de agua salada. Los delfines rosados provienen de distintas familias y se separó de sus ancestros oceánicos desde hace unos 15 millones de años durante el Mioceno, división de la escala temporal geológica que pertenece al periodo de la elevación de cordilleras como los Pirineos, los Alpes y el Himalaya. Físicamente, estos cetáceos son más pequeños, tienen el hocico más largo y los dientes más puntiagudos, de hecho, pueden albergar en su hocico hasta 28 pares de colmillos.
Aunado a esto, los delfines rosados son especies casi ciegas debido a las aguas turbias en las que navegan, pero se estima que sin exponerse a estas corrientes pueden llegar a desarrollar una visión relativamente buena. Cabe destacar que es el más inteligente de todas las especies de cetáceos de río, pues albergan una capacidad cerebral 40 por ciento mayor que la de los seres humanos. Asimismo, se alimentan de 43 especies de peces diferentes, entre ellos: el pez gato, pirañas, corvinas y tetras. También, consumen cangrejos y tortugas pequeñas.
La mayoría del tiempo se mantienen nadando mirando hacía el fondo en busca de alimento, pero pueden llegar a viajar hasta 30 kilómetros al día en búsqueda de su supervivencia. Sus vertebras cervicales no se encuentran fundidas por lo que les permite mover la cabeza hasta 180 grados, lo que les brinda una ventaja excepcional a la hora de cazar en aguas poco profundas además de las llanuras inundadas. Se estima que pueden llegar a medir hasta 2.50 metros de largo y pesar 200 kilogramos cuando llegan a la etapa adulta.