Antonio Espaillat, dueño de Jet Set, admitió que los plafones caían con frecuencia y nunca se revisó el techo antes del colapso que dejó 232 muertos en Santo Domingo.
República Dominicana.- El empresario dominicano Antonio Espaillat, propietario de la discoteca Jet Set, reconoció públicamente que los plafones del techo se caían con frecuencia y que, incluso el mismo día del trágico colapso que dejó 232 muertos, se reemplazaron algunos paneles. El derrumbe ocurrió el pasado 8 de abril, durante una presentación del merenguero Rubby Pérez, una de las víctimas.
En una entrevista televisiva, Espaillat admitió que nunca se realizó una inspección formal al techo, pese a que era común ver filtraciones y caídas de plafones. Atribuyó los incidentes a problemas con los aires acondicionados y la humedad, aunque en los 30 años de operación, no se hicieron reparaciones estructurales en la discoteca, que funcionaba en un antiguo cine.
"Siempre estábamos comprando plafones", dijo el empresario, revelando que eran reemplazados por cualquier empleado, sin supervisión técnica.
La tragedia ha generado indignación pública y llamados a la justicia por parte de la sociedad dominicana. La Procuraduría General de la República ha iniciado una investigación formal y el presidente Luis Abinader anunció la creación de una comisión de expertos nacionales e internacionales para esclarecer lo ocurrido.
Además, la Oficina Nacional de Evaluación Sísmica y Vulnerabilidad de Infraestructura y Edificaciones (Onesvie) espera entregar un informe en aproximadamente tres meses.
Entre los fallecidos se encuentran figuras como el exlanzador de Grandes Ligas Octavio Dotel, la gobernadora Nelsy Cruz, el diseñador Martín Polanco y un hijo del exministro Eduardo Estrella, además de ciudadanos de Venezuela, Francia, Haití, Colombia, Italia, Kenia y Costa Rica.