Por: Cortesía

Internacional

"Incluido un niño de 2 años": Familia norcoreana es sentenciada a cadena perpetua por poseer un libro prohibido

Toda una familia fue sentenciada a cadena perpetua luego de que los funcionarios de Corea del Norte les encontraran una Biblia en su domicilio. Incluso el integrante más pequeño deberá de pasar el resto de su vida en un campo de prisioneros, pues "el delito" que cometieron sus padres "es parejo" para todos los miembros del núcleo. Cabe destacar que esto surgió a raíz de que el régimen totalitario de dicho territorio está llevando acabo ejecuciones y torturas a los fieles religiosos que "se aferren" a mantener en sus casas este "libro prohibido" u otros objetos que aludan al culto.

Al menos 70 mil cristianos permanecen encerrados en Corea del Norte

Esto ha generado que hasta 70 mil cristianos estén encerrados en el norte de la Península de Corea. De acuerdo con un nuevo Informe Internacional de Libertad Religiosa del Departamento de Estado del país norteamericano, los hallazgos subrayaron las brutales medidas punitivas que habitualmente aplica el líder supremo Kim Jung Un en su nación. Sin embargo, cabe recalcar que a esta familia "le fue bien" en términos del castigo a cumplir, puesto que las personas sorprendidas con una copia de la Biblia se enfrentan a la pena de muerte, mientras que el resto de los integrantes de su núcleo —incluidos los niños— son sentenciadas a cadena perpetua.

Aunque debemos destacar que, según el informe, el encarcelamiento de la familia fue en el 2009, pues sus prácticas religiosas y la posesión de una Biblia por parte de los padres fue lo que sentenció a toda la familia, incluido un bebé de dos años, fue sentenciada a cadena perpetua en campos de prisioneros.

“El derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión —en la República Popular Democrática de Corea (RPDC)— también se sigue negando, y las autoridades no toleran sistemas de creencias alternativos”, dijo el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, en julio pasado.

António Guterres escribió cómo la situación en Corea del Norte no ha cambiado desde un informe de derechos humanos de 2014, el cual encontró que las autoridades “negaron casi por completo los derechos a la libertad de pensamiento, conciencia y religión”. Además de que se encontró que el gobierno violaba con frecuencia los derechos humanos que constituyeron crímenes de lesa humanidad. Otro escrito del 2022 describió como el gobierno de Corea del Norte ha seguido “ejecutando, torturando, arrestando y abusando físicamente de personas por sus actividades religiosas”.

Asimismo, las restricciones de viaje por el COVID-19 durante la era de la pandemia, también redujeron la información disponible sobre las condiciones, lo que llevó al Departamento de Estado a trabajar con organizaciones no gubernamentales (ONG), grupos de derechos humanos y la ONU para confirmar las denuncias de abuso. Si bien existe una pequeña cantidad de instituciones religiosas registradas oficialmente en Corea del Norte —incluidas las iglesias— solamente operan bajo un estricto control estatal y funcionan en gran medida como espectáculos para los turistas extranjeros, detallaron las autoridades.

De hecho, en octubre de 2021, la ONG Korea Future publicó un informe que detalla los abusos a la libertad religiosa después de entrevistar a 244 víctimas. De las personas entrevistadas, 150 se adhirieron al chamanismo, 91 se adhirieron al cristianismo, una al cheondoísmo y una a otras creencias. Sus edades oscilaban entre los dos años y más de 80 años. Además de que las mujeres y las niñas constituían más del 70 por ciento de las víctimas documentadas. Por otra parte, el informe encontró que el gobierno de Corea del Norte acusó a las personas de participar en prácticas religiosas, realizarlas en China, poseer artículos alusivos, tener contacto con personas del culto y compartir creencias. 

Como resultado, las personas fueron: arrestadas, puestas en detención, trabajos forzados y torturadas. De hecho, a muchos también se les negó un juicio justo y fueron objeto de violencia sexual y ejecución pública. Un desertor le dijo al medio local Korea Future, que las autoridades golpearon a los adherentes cristianos y chamánicos bajo custodia, les dieron comida contaminada y los ejecutaron arbitrariamente. Otro dijo que en el 2002, los funcionarios le negaron comida a un hombre cristiano, lo que provocó su muerte en tres días.

Un preso que fue liberado en 2020 le dijo a Radio Free Asia (RFA) que las autoridades sometían a los cristianos al trato más duro, y que una vez los obligaron a permanecer de pie durante 40 días seguidos, lo que provocó que los presos perdieran la capacidad de sentarse. En el país, los cristianos son considerados el peldaño más bajo de la sociedad norcoreana y están constantemente “vulnerables y en peligro”, según el informe.