Los grandes almacenes, bares y teatros de Japón se vieron obligados a cerrar esta jornada como parte de las medidas de emergencia para frenar el aumento de las infecciones de coronavirus que nuevamente ponen en alerta a las autoridades del país asiático que vive un lento proceso de vacunación contra el covid-19.
La medida restrictiva de 17 días para Tokio, Kioto, Hyogo y Osaka se aplicó antes de las vacaciones de la “Semana Dorada”, cuando los japoneses suelen viajar mucho.
Hay dudas sobre la eficacia del esfuerzo, que se centra en que los restaurantes y los parques temáticos permanezcan cerrados o limiten el horario. Los trenes y las calles siguen tan llenas como siempre, y las escuelas permanecerán abiertas.
Japón ya ha declarado tres emergencias debido a la pandemia del covid-19. El lanzamiento de la vacuna ha sido lento, con apenas el uno por ciento de su población inoculada. Una desventaja es que Japón requiere pruebas adicionales para las vacunas aprobadas en el extranjero, y ahora solo se usa la de Pfizer.
No se espera una vacuna de producción nacional hasta el próximo año o 2023. Los expertos dicen que la ola de infecciones que se desarrolla incluye variantes más letales. Japón ha reportado casi 10.000 muertes debido al COVID-19, y es uno de los países más afectados en Asia.