El ministerio de Defensa del Reino Unido confirmó este miércoles a través de redes sociales que las tropas de Rusia utilizaron en Ucrania el sistema de armas TOS-1A, un lanzacohetes de varios cañones montado en el chasis de un tanque capaz de disparar misiles termobáricos.
“El Ministerio de Defensa ruso ha confirmado el uso del sistema de armas TOS-1A en Ucrania. El TOS-1A utiliza cohetes termobáricos, creando efectos incendiarios y de explosión”, informó en Twitter el canal oficial de noticias del Ministerio de Defensa británico.
El lanzallamas TOS-1 no es una arma más para la guerra, está considerada como una de las más agresivas y brutales que se puedan utilizar en conflictos de este tipo. De acuerdo con el diario La Razón de España, estos misiles “tienen la capacidad de desencadenar una pared de fuego que absorbe el oxígeno del espacio cerrado y mata mediante la onda de expansión o por asfixia a los ocupantes de los objetivos alcanzados”.
Están llenos de una mezcla química y de combustible altamente explosiva que, al detonar, puede provocar ondas expansivas supersónicas que acaban todo a su paso. El efecto antipersona de la onda explosiva es más letal en refugios excavados en el suelo, sobre personas con algún tipo de armadura o protección corporal y en espacios cerrados “rígidos”, como cuevas, edificios y búnkeres.
El senador estadounidense, Marco Rubio, manifestó su rechazo al uso de este tipo de armamento por parte de Rusia. “Las armas termobáricas contra objetivos civiles no tienen finalidad militar. Sería un crimen de guerra destinado a aterrorizar y masacrar a la gente para someterla”, advirtió en su cuenta en Twitter.
La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, acusó este miércoles a Rusia de movilizar bombas de racimo y otras armas prohibidas por la Convención de Ginebra en su ofensiva en Ucrania. “Parece que Rusia se está preparando para aumentar la brutalidad de su campaña contra Ucrania”, dijo Thomas-Greenfield a la Asamblea General de Naciones Unidas.
“Hemos visto videos de las fuerzas rusas movilizando armamento excepcionalmente letal hacia Ucrania, que no tiene cabida en el campo de batalla. Eso incluye bombas y municiones de racimo y de vacío, que están prohibidas por la Convención de Ginebra”, aseveró.
En los últimos días, desde varias fuentes se ha acusado a Rusia de usar bombas de racimo contra zonas civiles, algo prohibido por convenciones internacionales. Además, en redes sociales y algunos medios de comunicación se han visto sobre el terreno sistemas con munición termobárica, también conocida como bomba de combustible o bomba de vacío.
Según organizaciones de derechos humanos, se trata de armas indiscriminadas y extremadamente peligrosas para la población civil, pues usan un combustible que al arder succiona el aire y es capaz de destruir los pulmones de personas que se encuentren en la zona.
En el año 2000, la organización Human Rights Watch (HRW) denunció que Rusia había utilizado este tipo de armas en su ofensiva en Chechenia.