El Papa Francisco será enterrado este sábado con una ceremonia íntima y austera en el Vaticano.
El papa Francisco será enterrado este sábado en una ceremonia discreta y solemne en la basílica de San Pedro, marcando el final de su pontificado con un gesto de profunda humildad. Su cuerpo reposa en un féretro de madera sencillo, adornado con su escudo pontificio, y será acompañado por sus zapatos usados, símbolo de su cercanía con los más humildes.
La ceremonia de cierre del ataúd fue encabezada de manera privada por el cardenal camarlengo Kevin Farrell, una vez culminada la capilla ardiente, por la que desfilaron más de 250 mil fieles para rendirle homenaje.
En el interior del féretro se colocaron una bolsa con monedas y medallas de su pontificado, junto con un tubo metálico sellado, que contiene el llamado rogito, documento en latín que resume los momentos más significativos de su vida y liderazgo, destacando su sencillez, compromiso social, cuidado ambiental y lucha contra los abusos dentro de la Iglesia.
El maestro de ceremonias Diego Ravelli dirigió el rito, que incluyó el rociado con agua bendita y la colocación de un velo de seda blanca sobre el rostro del pontífice. Después, se selló el ataúd con una tapa de zinc y se imprimieron los sellos oficiales del Vaticano.
Durante la noche, frailes custodiarán el féretro antes del funeral del sábado, al que asistirán delegaciones de 130 países y organismos internacionales. Tras la misa, el cortejo fúnebre recorrerá Roma hasta la basílica de Santa María La Mayor, donde Francisco será sepultado por su devoción a la Virgen Salus Populi Romani.