El fantasma de la pasada crisis nuclear en el Caribe por el despliegue en Cuba de cohetes soviéticos de mediano alcance volvió a reflotar en la isla luego de que un alto funcionario ruso dejara entrever tal posibilidad tras el fracaso de las conversaciones con Washington sobre Ucrania.
Interrogado ayer por una televisora sobre el hipotético despliegue militar en Cuba y Venezuela, el jefe de la delegación del país euro-asiático a las pláticas con Estados Unidos, vice ministro de Exteriores, Sergei Riabkov, dio una respuesta enigmática, pero cargada de intencionalidad.
“No lo confirmo ni lo desmiento, todo depende de nuestros colegas estadunidenses”, respondió Riabkov en el contexto de un creciente cruce de acusaciones entre Estados Unidos y Rusia.
Washington acusa a los rusos de “preparar una invasión a Ucrania” y Moscú pide garantías de que Kiev “no será aceptada en la OTAN ni servirá de base para el despliegue de armas ofensivas” en esa fronteriza ex república soviética.
Pese a que el noticiero estelar cubano del jueves por la noche no reprodujo los comentarios de Riabkov, ese mismo día la televisora RT, que se transmite en vivo en la isla desde Moscú, sí informó de las declaraciones y despertó las alarmas, sobre todo en las generaciones mayores de 60 años que vivieron la llamada “Crisis de los Misiles” en octubre de 1962.
Entonces, La Habana y Moscú acordaron en secreto el despliegue de cohetes de mediano alcance en la isla “para disuadir a los americanos de una nueva invasión” tras el fracaso el año anterior de un desembarco organizado por la Agencia Central de Inteligencia estadunidense, pero Washington descubrió el despliegue y el mundo observó, espantado, la posibilidad real de una guerra nuclear entre las dos superpotencias con el país caribeño como escenario.
¿Es posible el despliegue que dejó entrever Riabkov?
El mismo día del comentario del viceministro ruso, un funcionario de la administración del presidente Joe Biden, que pidió mantener su nombre en el anonimato, dijo a medios estadounidenses que en Washington “no vamos a responder a las fanfarronadas rusas” y acto seguido apuntó que “si Rusia realmente comenzara a moverse en esa dirección, lo abordaríamos de manera decisiva”.
“Como en bronca de barrio que no llega a la violencia, los contendientes intentan negociar y, en caso negativo, pues presionar desde posiciones de fuerza. Diplomáticos con corbatas de seda y oficiales con uniformes de gala en acción. Algo parecido ocurrió cuando la Crisis de los Misiles o Crisis de Octubre en que al final del peligroso episodio, y de espaldas a Fidel Castro, los gringos retiraron sus cohetes de Turquía y los soviéticos los que estaban en Cuba”, comentó por su parte el analista cubano Aurelio Pedroso.
Hasta la tarde de hoy, las autoridades cubanas no se habían pronunciado sobre el tema. No obstante, parece improbable que el comentario ruso se lleve a la práctica.
Cinco años después de la Crisis de los Misiles y a iniciativa de México, se adoptó del Tratado de Tlatelolco que prohíbe las armas nucleares en América Latina, acuerdo suscrito por Cuba entre otros países de la región. Y a propuesta de La Habana, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños acordó en 2014 la declaración de esa región como “zona de paz”.
¿Qué dicen los cubanos?
Buena parte de los cubanos menores de 60 años consultados por MILENIO en La Habana desconocía todavía este viernes el pronunciamiento del alto funcionario ruso y los que tenían alguna idea del tema no le daban mayor importancia. “Eso es política y aquí lo que hay que resolver es la comida”, fue una de las respuestas más recurrentes, cuando el país caribeño padece una profunda crisis económica sin salida a la vista.
Sin embargo, para septuagenarios como Rogelio Frías, quien vivió la Crisis de los Misiles desde una de las muchas dotaciones de artillería antiaérea desplegadas en el paseo del Malecón de la capital cubana, las declaraciones de Riabkov removieron los recuerdos.
“Es verdad que nosotros no teníamos ni idea de que la cohetería yanqui nos podía borrar del mapa en segundos, pero allí estábamos, no solo dispuestos a lo que fuera sino con unos deseos tremendos de tirar …Bueno, ha pasado mucho tiempo, ahora todo es distinto, pero no creo que una situación como aquella se repita”, dijo Frías.