En Reino Unido se han disparado las infecciones, al parecer a causa de la variante de coronavirus que es más contagiosa, y se llegó a 3 millones de casos y más de 80 mil muertos.
Las autoridades sanitarias británicas identificaron ayer casi 60 mil contagios y más de un millar de fallecidos por coronavirus durante las últimas 24 horas. La Oficina Nacional de Estadísticas estimó que un habitante de Inglaterra de cada 50 se infectó del virus la semana pasada y uno de cada 30 en Londres.
La nación, en su tercer confinamiento, está inmersa en una carrera contrarreloj, con los hospitales al borde de la saturación, para vacunar a mediados de febrero a los mayores de 70 años, los cuidadores y las personas más vulnerables. Estos tres grupos, que equivaldrían a unos 15 millones de personas, pertenecen a la categoría de población en la que se registra 88 por ciento de las muertes a causa del Covid-19.
La reina Isabel II, de 94 años, y el príncipe Felipe, de 99, recibieron ayer su primera inyección contra la enfermedad, indicó el Palacio de Buckingham. Alrededor de 1.5 millones de personas ya fueron vacunadas en Reino Unido.
El papa Francisco, de 84 años, anunció que se vacunará la semana que viene e insistió en que hay que hacerlo, al criticar un negacionismo suicida que no consigo explicar, en cuanto a la negativa a recibir la inoculación.
Gran Bretaña anunció una donación de 548 millones de libras esterlinas (744 millones de dólares) para el fondo mundial de vacunas Covax, una alianza del sector público y privado para garantizar el acceso de países pobres a los inmunológicos.
En Francia, conocida por la desconfianza de su población frente a las vacunas, un estudio reveló que de mil 200 médicos entrevistados sólo 47 por ciento se declaró seguro de que iba a recibir la inyección.
La cepa del coronavirus identificada por primera vez en Reino Unido fue detectada ya en al menos ocho entidades de Estados Unidos, el país más golpeado, que registra 22 millones de infecciones y 372 mil muertes por la enfermedad.
California necesita más personal médico en instalaciones saturadas, pero ha recibido muy poca ayuda de un programa de voluntarios creado por el gobernador Gavin Newsom al inicio de la pandemia. Cerca de 95 mil personas alzaron la mano inicialmente, pero ahora apenas 14 de ellas están trabajando en el área.
China aseguró que lleva a cabo los preparativos para la llegada a Wuhan de la misión de la Organización Mundial de la Salud que debe investigar el origen del Covid-19, después de que la institución criticó la demora en este viaje, previsto desde hace tiempo.
Cuba informó de un pico de 365 nuevos contagios y la mayor cantidad de casos activos desde que comenzó la pandemia. Las autoridades lo atribuyen al arribo de viajeros tras la apertura de aeropuertos y el incumplimiento de los protocolos de bioseguridad.
Síntomas 6 meses después
Más de tres cuartas partes de las personas hospitalizadas por Covid-19 siguen sufriendo al menos un síntoma seis meses después de enfermar, según un estudio publicado en la revista The Lancet.
La fatiga o la debilidad muscular son los síntomas más frecuentes. También se han detectado trastornos del sueño, ansiedad o depresión, según el estudio, que incluye más de mil 700 pacientes de la ciudad china de Wuhan. Además, algunos pacientes han desarrollado problemas renales tras recibir el alta hospitalaria.
Los pacientes que estuvieron más graves presentaban con mayor frecuencia alteraciones en la función pulmonar y anomalías en las tomografías del tórax.
Como el Covid-19 es una enfermedad nueva, estamos empezando a comprender algunos de sus efectos a largo plazo sobre la salud de los pacientes, comenta el autor principal, el profesor Bin Cao, del centro nacional de medicina respiratoria. Este trabajo destaca la necesidad de atención médica tras recibir el alta, sobre todo para los que tuvieron infecciones graves.
Israel confirmó cuatro casos de contagio con la nueva cepa del coronavirus detectada por primera vez en Sudáfrica, una variante mucho más contagiosa que la original.
Twitter suprimió un mensaje publicado por el guía supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, que afirmaba que era imposible confiar en las vacunas estadunidense y británica.
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