Aunque es uno de los antioxidantes más potentes que existen, la astaxantina sigue siendo desconocida para muchas personas. Este poderoso carotenoide, un pigmento natural presente en organismos marinos como microalgas, levaduras, salmón, trucha, camarones y langostas, es responsable de los tonos rojos, rosados y naranjas característicos de estos animales.
La astaxantina ha demostrado ser significativamente más potente que la vitamina C, el betacaroteno y la vitamina E, y su principal fuente natural es la microalga Haematococcus pluvialis. Esta alga produce astaxantina como mecanismo de protección cuando enfrenta condiciones extremas como alta salinidad, falta de agua o intensa luz solar.
Este antioxidante ha ganado popularidad en la industria cosmética debido a sus numerosos beneficios para la piel, entre los que se incluyen la protección contra el daño solar, la reducción de arrugas y líneas finas, la mejora de la elasticidad y firmeza, y la hidratación profunda. También ayuda a reducir la pigmentación, ofrece propiedades antiinflamatorias y apoya la recuperación cutánea tras exposiciones dañinas.
Para integrar la astaxantina en tu rutina de cuidado de la piel, puedes optar por suplementos dietéticos, productos tópicos como cremas y sérums, o incluir alimentos ricos en astaxantina en tu dieta, como el salmón y la trucha. Aunque es segura para la mayoría, se recomienda consultar con un dermatólogo antes de comenzar cualquier nuevo suplemento, especialmente si tienes piel sensible o condiciones preexistentes.