Hongos ostra dorados (Pleurotus citrinopileatus). Crédito de la fotografía: Michelle Jusino

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Científicos alertan: el hongo ostra dorado invade silenciosamente los bosques de EE. UU.

El hongo ostra dorado (Pleurotus citrinopileatus), famoso por su color amarillo brillante y su sabor suave, se ha vuelto una sensación gastronómica y de cultivo casero. Sin embargo, una reciente investigación de la Universidad de Florida advierte que esta especie está invadiendo silenciosamente los bosques y desplazando a hongos nativos en Estados Unidos.

La profesora Michelle Jusino, especialista en patología forestal del Institute of Food and Agricultural Sciences (UF/IFAS), señaló que cultivar este hongo implica una gran responsabilidad ambiental.

“El hongo ostra dorado puede parecer inofensivo, pero compite fuertemente en los bosques, reduciendo la biodiversidad y afectando procesos como la descomposición de la madera y el ciclo del carbono”, explicó.

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La Dra. Michelle Jusino sentada sobre un tronco cubierto de hongos ostra dorados (Pleurotus citrinopileatus) en Madison, Wisconsin. Fotografía cpturada por el coautor Dr. Daniel Lindner durante la reunión de la Sociedad Micológica de América (MSA, por sus siglas en inglés) del 2025.
Crédito de la fotografía: Daniel Lindner

Un invasor que avanza sin ser detectado

El estudio, publicado recientemente, se originó a partir de una investigación del Servicio Forestal de EE. UU. en Wisconsin.
Utilizando datos de plataformas como iNaturalist y Mushroom Observer, los investigadores confirmaron que el hongo se ha extendido por 25 estados en solo una década, incluyendo Texas, Virginia, Alabama y Luisiana.

En 2016, la especie solo estaba presente en cinco estados del Medio Oeste y el Noreste. Ahora, apenas una decena de estados al este del río Misisipi no reportan su presencia.

“Su expansión hacia el sur es alarmante”, comentó Jusino. “Incluso los hongos comestibles pueden tener impactos de gran alcance en los ecosistemas forestales.”

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Hongos ostra dorados fructificando sobre un olmo muerto en Cross Plains, Wisconsin. 
Crédito de la fotografía: Michelle Jusino y Aishwarya Veerabahu.

Impacto en los hongos nativos y el equilibrio del bosque

El equipo de Jusino analizó árboles de olmo colonizados por hongos ostra dorados y encontró una disminución significativa en la diversidad de otras especies fúngicas.
Los hongos nativos con valor ecológico o medicinal han resultado afectados, mientras que pocas especies logran sobrevivir junto a este invasor.

“Una vez liberado al aire libre, incluso accidentalmente, el hongo ostra dorado puede propagarse rápidamente y desplazar a especies locales”, advirtió la investigadora.

Llamado a la acción: educación y monitoreo urgente

Los expertos recomiendan vigilar activamente los cultivos de hongos, fomentar el uso de especies locales y fortalecer la educación ambiental para evitar nuevas invasiones.
Mientras tanto, Jusino continúa desarrollando métodos de monitoreo basados en ADN para rastrear la expansión de esta especie.

La científica destacó que las invasiones de microorganismos suelen pasar desapercibidas, a diferencia de las de plantas o animales, pero su impacto puede ser devastador.

“Los hongos invasores son parte de la crisis de biodiversidad”, enfatizó Jusino. “Son pequeños, pero su efecto puede ser enorme. Detectarlos a tiempo es clave para proteger nuestros bosques.”

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Hongos ostra dorados en un plato, listos para cocinarse.Ubicación: Madison, Wisconsin.
Crédito de la fotografía: Michelle Jusino.  

Un recordatorio de la fragilidad ecológica

Aunque es hermoso y comestible, el hongo ostra dorado representa una advertencia sobre cómo las prácticas humanas pueden alterar ecosistemas enteros.
Conservar la biodiversidad fúngica es esencial para mantener la salud de los bosques y la estabilidad del clima, un reto que ahora también incluye mirar bajo el suelo.