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"Descubre los peligros del refresco: Impacto en la salud y consumo en México"

El consumo de bebidas azucaradas es un hábito profundamente arraigado en México, especialmente a la hora de la comida, donde suelen acompañar los alimentos. Sin embargo, este hábito tiene serias repercusiones en la salud.

El consumo excesivo de refrescos está estrechamente relacionado con el desarrollo de enfermedades crónicas debido a su alto contenido de azúcar, que actúa como un "veneno" silencioso para el cuerpo.

¿Qué contienen los refrescos?

Los refrescos están compuestos principalmente por azúcares añadidos, como sacarosa, maltosa, jarabe de azúcar de caña y jarabe de maíz de alta fructosa. Además, pueden contener cafeína, acidulantes, saborizantes y colorantes artificiales, todos ellos con efectos negativos para el organismo, especialmente si se consumen desde una edad temprana.

En este contexto, la organización El Poder del Consumidor recomienda revisar las etiquetas de los productos que consumimos para conocer los ingredientes que estamos ingiriendo y optar por bebidas naturales como alternativa.

¿Cómo afecta el consumo de refresco al cuerpo?

El abuso en el consumo de refrescos puede desencadenar enfermedades crónicas como sobrepeso y obesidad. También se ha demostrado que promueven el desarrollo de hipertensión arterial y otras afecciones cardiovasculares.

Un estudio de la Universidad de California reveló que dos semanas de consumo diario de refrescos son suficientes para elevar los niveles de glucosa, por lo que su ingesta no es recomendable para personas con diabetes. Además, el ácido fosfórico presente en estas bebidas puede causar problemas renales y alteraciones urinarias, según MedlinePlus.

México: uno de los mayores consumidores de refrescos

México se encuentra entre los países que más refrescos consumen en el mundo, con un promedio de 165 litros por persona al año, según una investigación de la Universidad de Yale. Sin embargo, en 2023, Estados Unidos lideró el consumo global con 192 litros por persona, seguido de Argentina y Bélgica.

Ante estos datos, es crucial tomar conciencia del impacto del refresco en la salud y considerar opciones más saludables para el bienestar personal y familiar.