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Estos son los primeros síntomas de la diabetes que aparecen en el cuerpo

Millones de personas en el mundo son afectados por la diabetes y sus complicaciones. Existen dos tipos de diabetes: el tipo y el tipo 2, la primera se desarrolla rápidamente y no puede prevenirse, mientras que la segunda se comienza a presentar de manera gradual y puede ser prevenida.

Cabe resaltar que la diabetes a largo plazo puede generar problemas cardíacos, renales y en los vasos sanguíneos, de ahí la importancia de prevenirla y estar atentos a los síntomas tempranos que puedan presentarse.

La prevención de la diabetes tipo 2 implica adoptar un estilo de vida saludable. Mantener un peso adecuado a través de dieta equilibrada y ejercicio, favorecer una alimentación balanceada rica en frutas, verduras y proteínas magras, junto con la limitación de grasas y azúcares, son esenciales. 

       

La actividad física regular, al menos 150 minutos a la semana, mejora la sensibilidad a la insulina. Controlar los niveles de azúcar, evitar el exceso de alcohol, dejar de fumar y mantener una presión arterial saludable son cruciales.

Priorizar el sueño, realizar chequeos médicos y buscar orientación profesional ayudan en la detección temprana. La consistencia en estos hábitos reduce significativamente el riesgo de diabetes tipo 2 y mejora el bienestar general.

¿Cómo comienzan los síntomas de la diabetes?

La detección temprana se vuelve crucial, y una simple muestra de sangre en un análisis de rutina puede ser la clave para un diagnóstico precoz.

Los 9 Indicios Iniciales que No Deberías Ignorar:

Miccionar frecuentemente: El aumento de los niveles de azúcar en sangre lleva a los riñones a trabajar arduamente para eliminar el exceso, resultando en una necesidad constante de orinar, especialmente por las noches.

Mayor sed: La pérdida de agua debido a la micción frecuente puede causar deshidratación, generando una sed insaciable.

Aumento del apetito: La falta de eficiencia en la transformación de alimentos en glucosa provoca una sensación constante de hambre, ya que el cuerpo no recibe la energía necesaria.

Fatiga persistente: La falta de energía contribuye a una sensación constante de cansancio y fatiga en aquellos que padecen diabetes.

Visión borrosa: La glucosa afecta los vasos sanguíneos oculares, pudiendo causar visión borrosa que no siempre es permanente.

Problemas de cicatrización: El daño a los nervios y vasos sanguíneos puede ralentizar la cicatrización de heridas o cortes.

Hormigueo: La circulación sanguínea comprometida puede dar lugar a sensaciones de hormigueo o entumecimiento en manos y pies.

Parches de piel oscura: El aumento del azúcar en sangre puede manifestarse en la piel con la aparición de parches oscuros en áreas como el cuello, axilas o ingles.

Picazón e infecciones micóticas: Zonas cálidas y húmedas del cuerpo, como la boca, pueden volverse propensas a infecciones micóticas, acompañadas de picazón, ardor y dolor.

Identificar estos signos tempranos es crucial para abordar la diabetes en sus etapas iniciales. Un diagnóstico precoz no solo puede ayudar a controlar la enfermedad, sino también a prevenir complicaciones graves en el corazón, riñones y vasos sanguíneos.